El mensaje del Papa Francisco para la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, hecho público el pasado 24 de enero (día en que se celebra la memoria de san Francisco de Sales, patrono de nosotros, los periodistas) tiene una vigencia extraordinaria. No obstante, la Jornada se celebrará el 18 de mayo próximo, la petición del Papa se transporta a las comunicaciones sociales y a las comunicaciones personales: “Hablar con el corazón”.

“Hoy día, en el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es más necesario que nunca que se afirme una comunicación no hostil. Una comunicación abierta al diálogo con el otro, que favorezca un ‘desarme integral’, que trabaje para desmontar la ‘psicosis bélica’ que se anida en nuestros corazones”, ha pedido el Pontífice en su mensaje de este 2023.

Nos gustaría que el “hablar con el corazón” estuviera no solo en la ética de los medios de masas, sino en cada uno de los usuarios de redes sociales, de internet, de Instagram, Tik-tok, Facebook o de WhatsApp. También en las aulas, en los talleres, en la calle, en la oficina, en la propia Iglesia. Que desapareciera –es difícil, lo sabemos—la “psicósis bélica” de nuestra mente. El otro no es un enemigo. El otro es un fin en sí mismo, aunque piense diferente.

No, no esa “tolerancia” ramplona que aguanta a los demás porque no tiene más remedio que hacerlo. Una comunicación abierta al diálogo es una palabra dicha y escuchada desde lo profundo de nuestro ser: ahí donde anida lo que los humanistas llaman “el patrón que interconecta”: el puente entre las dos orillas del mar que es el vivir juntos.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 29 de enero de 2023 No. 1438

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