Vas a empezar un curso de retiro de fin de semana. ¡Qué alegría!

La amistad es un valor humano muy alto. Una vida sin amigos es una vida inhumana. Chesterton, Tomás Moro y Newman tenían amigos. Es precioso como se expresa Chesterton de sus amigos.

La amistad es el plato fuerte de la vida. “Ser santo es tratar a Dios como un amigo trata a un amigo”. Jesucristo supo ser amigo de muchos y llegó a decir: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Hay amistad entre padres e hijos, entre maestros y discípulos, hay distintos tipos de amistad. Jesús quiere ser tu Amigo y busca tus confidencias íntimas a diario, las espera de todos, y muchas veces no le hacemos caso. Valora y cultiva la amistad de Jesús, Dios y Hombre verdadero, que te ama como nadie te ha amado.

Lo principal de un retiro es el tiempo que pasas ante el Santísimo, sin decir nada…, amando, o contándole al Señor tus cosas, tus alegrías y penas, tus deseos y aspiraciones, tus frustraciones y tus logros. Él sana heridas cuando oramos. Ante Él podemos descubrir nuestra debilidad y Él nos comprende.

Para ser feliz en esta vida y en la otra hay que amar la Voluntad de Dios y vivir en ella; eso sólo se logra con la ayuda divina, es decir, con la gracia.

A veces nos perdemos en este mar de la vida porque no le hemos entregado a Dios el timón de nuestra barca. Somos poca cosa, nada; pero Dios es Padre y nos ama como si fuéramos hijos únicos, se apiada de nuestra indigencia. Quiere que le conozcamos, para ello hay que leer detenidamente el Evangelio, y decirle: “Explícamelo Tú”. No sólo contarle nuestras cosas, sino también decirle: “Sé que estás triste porque la humanidad te ha dado la espalda y prefiere el pecado a tu amistad. ¡Quisiera consolarte! Préstame tu Corazón para amarte con un amor verdadero”, Y así, dile lo que te venga a la cabeza y al corazón.

Reza por tu familia, por tu futura esposa –aunque no la conozcas-, por México –para que cumpla la misión que Dios le tiene encargada- y por los que no conocen a Dios, ya que, la pobreza más grande es no tener a Dios. 

Cada generación tiene sus héroes, sus guerreros. Somos milicia de Cristo por el Sacramento de la Confirmación, así que en este retiro puedes pedir la gracia de ser un héroe de la fe. Benedicto XVI decía que lo más importante en esta vida es fortalecer la propia fe y la de los demás. Y es verdad, porque el Apóstol Amado, San Juan, dice: Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe (1 Juan 5,4).

Lo que Cristo nos da es mejor que lo que nuestro corazón desea.

Te dejo en las mejores manos, en las manos del Señor. Que Él y la Virgen María guíen tus pasos en este retiro y en esta vida maravillosa, aunque se sufra mucho. ¡Vale la pena! Porque, si somos fieles a la gracia y si somos humildes, Dios nos tiene destinada una eternidad feliz, para siempre.

Un abrazo muy grande, con cariño,

Martha Morales 

 

Imagen de MariaVS en Cathopic

 


 

Por favor, síguenos y comparte: