El Santo Padre se reunió con un grupo de empresarios mexicanos en el Vaticano y les dirigió un breve saludo invitándolos a cuidar la relación con el Señor para ser signo de la presencia de Dios. Los encomendó a la Virgen de Guadalupe y les pidió cuidarla así como es: sencilla, negrita, sin ideologizarla.
Por Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News
«Mi casa es tu casa». Con esta frase que se dice en México, el Papa Francisco dio la cordial bienvenida a un grupo de empresarios mexicanos, a quienes recibió en audiencia antes del mediodía de este viernes 17 de febrero. En su compendioso saludo, el Pontífice les recordó que, «para todos los católicos, el Vaticano también es como su casa; es un lugar en el que los hijos de la Iglesia pueden encontrarse y alabar a Dios en familia».
Estamos perdiendo el sentido de respetarnos
«Es muy triste lo que estamos experimentando», constató el Papa, «cómo las guerras causan estragos en toda la familia humana, provocando sufrimiento y pobreza».
Según Francisco, esto nos hace perder el sentido de ser familia, del respeto, del tolerarnos aún con nuestras diferencias y dificultades. «La pelea está en primer lugar». «Y olvidamos -prosiguió- que en una familia las cosas se arreglan con paciencia, con amor, dialogando, compartiendo los puntos de vista y las necesidades de cada uno, para ayudarnos entre todos»
Una cultura plagada de individualismo y cerrazón
El Sucesor de Pedro explicó que «poco a poco vemos las consecuencias de nuestras conciencias adormecidas por la comodidad, que lleva a perder de vista a aquellos que están sufriendo o siendo descartados».
«Y sin querer vamos adquiriendo este movimiento de centrarnos sobre nosotros mismos, el famoso “yo”, “me”, “mi”, “conmigo”, “para mí”. “Yo”, “me”, “mi”, “conmigo”, “para mí”. Es un hábito que inconscientemente nos puede agarrar a todos. ¡Alerta!»
Cada uno de nosotros está llamado a contribuir para que haya cada vez más artesanos de paz
Francisco recordó que, hace unos meses, decía a un grupo de empresarios españoles que el emprendedor católico, para poder ser signo de la presencia de Dios en el mundo de la economía y del trabajo, tiene que cuidar la relación con el Señor.
«El capital más importante que podemos tener, es el capital espiritual», insistió el Santo Padre.
«Cuando el Señor toca nuestros corazones, ampliamos nuestra mirada y somos capaces de ver a los necesitados, y de cuidar la creación; somos capaces de poner en primer lugar el bien común, el “nosotros” propio de una familia, para dejar de lado la lógica mundana del “yo”, del éxito, del dominio, y del dinero, excluyendo a los demás. Cada uno de nosotros está llamado a contribuir para que en la sociedad haya cada vez más artesanos de paz y de una cultura del encuentro; y que en la Iglesia se multipliquen los constructores de una comunidad en la que todos, sin excepción, se sientan bien recibidos y amados por el Señor».
Francisco exhorta a los empresarios a rezar por los sacerdotes
Explayándose en el aspecto de la relación con Dios, el Pontífice reivindicó la necesidad de que haya buenos sacerdotes, «pues ellos son los pastores del pueblo de Dios», sostuvo, extendiéndoles su alegría por ver que los empresarios aman la Iglesia y se preocupan de sus ministros.
«Es un derecho de los fieles que tengan sacerdotes bien formados, y que con alegría alimenten a la comunidad de creyentes con la Palabra y la Eucaristía; y también que den testimonio de una vida entregada a los demás. Por esto yo los animo a ustedes a que recen por los sacerdotes, y que den gracias a Dios por los carismas con los que enriquecen a toda la familia eclesial, e intercedan por ellos en medio de tantas fatigas que tienen en sus luchas y fatigas diarias. Y asimismo, los invito a que sean cercanos a ellos, y los ayuden para que puedan centrar sus energías y su creatividad en el ejercicio de la pastoral».
Cuiden a la Virgen de Guadalupe así como es
Para terminar su mensaje, Francisco encomendó a todos a la protección de la Morenita del Tepeyac, solicitándoles que la cuiden «así como es: sencilla, negrita, y no dejen que nadie la ideologice. Así como es».
Una advertencia en la que resuenan sus palabras durante la santa misa que celebró el 12 de diciembre de 2022 en la Solemnidad de la Emperatriz de América en la Basílica Vaticana. En aquella oportunidad, al iniciar la Novena Intercontinental Guadalupana, preparando la celebración del V Centenario del Acontecimiento Guadalupano en 2031, invitó a todos los miembros de la Iglesia que peregrina en América -pastores y fieles- a participar de este camino. «Pero, por favor, que lo hagan con verdadero espíritu guadalupano», dijo, y manifestó su preocupación por las propuestas de tinte ideológico-cultural de diverso signo que quieren apropiarse del encuentro de un pueblo con su madre, que quieren desmestizar, maquillar a la madre. «Por favor, no permitamos que el mensaje se “destile” en pautas mundanas e ideológicas. El mensaje es simple, es tierno: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. Y a la madre no se la ideologiza».
La Virgen de Guadalupe «pidió que se le edificara una casa en la que todos sus hijos pudieran visitarla para depositar sus dolores y esperanzas», aseveró el Papa. Por este motivo, la Basílica de Guadalupe es imagen de la Iglesia, acoge a sus hijos, planteó el Santo Padre. A los empresarios, les deseó que la Guadalupana cuide de ellos y de sus familias, los anime y acompañe en sus proyectos de bien y les pidió, como siempre, que no se olviden de rezar por él.