El Observador / Redacción
Recientemente, el profesor Massimo Borghesi escribió un libro dedicado a estudiar al Papa Francisco. Se trata de El desafío Francisco, publicado en Ediciones Encuentro. Gonzalo Mateos platicó con Borghesi y la larga entrevista la reprodujo el portal páginasDigital.es. De esta conversación, destacamos seis puntos importantes para entender “el modo en que los católicos estamos invitados a estar presentes en el mundo a la luz del magisterio del papa Francisco”.
1. La novedad.
“El Papa Francisco ha vuelto a proponer la doctrina social de la Iglesia en su integridad y eso curiosamente ha provocado escándalo e incomprensión dentro de la Iglesia. Con la caída del comunismo en 1989-1991, la Iglesia mostró menos atención por la cuestión social, se centró en dos o tres valores (lucha contra el aborto, eutanasia, matrimonio homosexual) olvidando el problema del trabajo, la pobreza y las formas de marginación”.
2. La incomprensión:
“El frente católico conservador no comprende al Papa, cree que es un progresista cercano a la izquierda. No entiende que para el Papa la crítica al aborto debe ir acompañada de la crítica a un modelo económico-social, tecnocrático, que está en la génesis de la mentalidad individualista. El aborto es un resultado de esa mentalidad funcionalista. Por eso, la crítica al aborto también implica la crítica de un cierto modelo social”.
3. El fin de la cristiandad:
“El Papa, a diferencia del catolicismo conservador, tiene muy clara la idea de que la cristiandad se ha acabado. Ya no podemos presuponer un mundo cristiano. En Occidente, el mundo de hoy no es anticristiano. Es simplemente “no-cristiano”, por la sencilla razón de que ya no conoce el contenido de la fe, a Jesucristo. Lo conoce como una figura del pasado, no como una realidad presente. Esto revela una ausencia dramática de la Iglesia en el mundo actual, ausencia entre los jóvenes, sobre todo”.
4. La no-fe de los jóvenes:
“Los católicos conservadores siguen reivindicando por un lado un mundo cristiano que solo existe en mundos cerrados, y por otro acusan a la secularización de ser la causa de la pérdida de fe. En realidad, esa fe, sobre todo entre los jóvenes, nunca ha existido. Los jóvenes son agnósticos no porque sean anticristianos sino porque nunca han encontrado una experiencia de vida, personal y comunitaria, gracias a la cual puedan hacerse cristianos. El problema afecta a la Iglesia y no a la sociedad en primer lugar”.
5. El reclamo:
“Claro que el mundo actual no favorece, con sus modelos de vida, el descubrimiento de la fe, pero eso no puede suponer un pretexto para el vacío de propuestas de vida que caracteriza a la Iglesia actual. Ahí es donde se sitúa el reclamo del Papa. En Evangelii gaudium, Francisco escribe que hoy el Anuncio cristiano debe preceder al compromiso por la defensa de los valores morales de la Iglesia”.
6. El testimonio:
“En el mundo secularizado, el encuentro, el testimonio cristiano dirigido a todos, a la gente de derechas y a la de izquierdas, va antes. Antes que las diferencias políticas e ideológicas. Por ello, la Iglesia no está llamada a posicionarse políticamente, sino a favorecer el encuentro del hombre de hoy con el Acontecimiento cristiano. No simplemente con el dogma o con los “valores” cristianos, sino con una experiencia de vida renovada gracias a la fe”.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 26 de marzo de 2023 No. 1446