En el primer aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier y Joaquín, en la Sierra Tarahumara, se acrecienta el compromiso para construir la paz y la memoria. Por esto, la Compañía de Jesús, la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México, han hecho el llamado para emprender acciones nacionales que son apoyadas por luchadores sociales como María Herrera, madre de cuatro hijos desaparecidos; Misael Zamora, defensor de los bosques en San Juan Atzingo, Estado de México; y Patricia Mayorga, periodista desplazada. Pero, ¿quiénes son ellos?

María Herrera, madre buscadora

Desde 2011 María Herrera Magdaleno busca a sus hijos Luis Armando, Gustavo, Raúl y Jesús Salvador, desaparecidos en Veracruz. Además, acompaña a otras familias de personas desaparecidas. Por esta labor fue reconocida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del 2023.

Jesús Salvador, Raúl y cinco compañeros de trabajo, salieron de Pajacuarán Michoacán, a un viaje de negocio de compra y venta de metales. El 28 de agosto de 2008, los siete jóvenes (quiénes al momento de los hechos tenían entre 17 y 27 años) llegaron al municipio de Atoyac, estado de Guerrero, y acudieron a un bar y esa fue la última noche que se supo del paradero de Jesús Salvador y Raúl.

El 21 de septiembre de 2010, dos años después de ocurrida la desaparición de Raúl y Jesús Salvador, y ante la necesidad de obtener recursos para continuar con su búsqueda, Luis Armando y

Gustavo Trujillo Herrera, junto con dos personas salieron de Pajacuarán, Michoacán, dónde vivían, rumbo a Vega de Alatorre, Veracruz, para continuar con su negocio de compra y venta de pedacería de oro y otros metales.

La última información que se tuvo de su paradero, fue cuando avisaron que llegarían tarde por un incidente en la carretera (a la altura de Apapantilla, Puebla); sin embargo, nunca llegaron a su destino.Desde entonces, María decidió acompañar a otras familias y colectivos en la búsqueda, participar en movimientos, crear colectivos e impulsar acciones de búsqueda a nivel nacional.

Misael Zamora, defensor de los bosques

La familia de Misael Zamora ha defendido al Gran Bosque de Agua en San Juan Atzingo, Estado de México, desde hace más de 20 años. Sus denuncias contra los taladores clandestinos que acaban con ese reservorio de vida y sus campañas de reforestación les han ganado el reconocimiento y acompañamiento de su comunidad y de prestigiadas organizaciones como Greenpeace. Pero el precio ha sido alto: su hermano Aldo asesinado, su papá encarcelado y él un proceso penal fabricado.

La labor de la familia Zamora no es poca cosa ni para ellos ni para quienes habitamos la zona metropolitana de la capital. Las 10 mil 800 hectáreas forestales de esta comunidad tlahuica son parte del Gran Bosque de Agua, que recarga 3/4 partes del agua que se consume en la Ciudad de México y acoge al 2 por ciento de la biodiversidad mundial. A la vez, San Juan Atzingo es una de las 15 regiones críticas de tala ilegal en México, según la PROFEPA. Su desaparición, que se ha calculado en unos 50 años, comprometería la viabilidad de la vida en la capital de México.

Patricia Mayorga, periodista desplazada

Patricia Mayorga empezó su carrera como periodista en 2000, cubriendo temas de salud y educación. Más tarde enfocó su trabajo hacia temas de corrupción, violencia, feminicidios y violaciones de derechos humanos en el estado de Chihuahua. Como corresponsal del semanario de análisis político Proceso, publicó reportajes donde denunciaba las violaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas en Sierra de Tarahumara, así como la violencia y el narcotráfico, por los cuales recibió amenazas. El 23 de marzo de 2017 las amenazas se cumplieron para una de sus compañeras de trabajo y amiga, Miroslava Breach. Ocho disparos pusieron fin a su vida cuando se dirigía a llevar a su hijo a la escuela. Mayorga se vio forzada a abandonar su casa. En noviembre del año 2017 el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) le otorgó el premio Internacional de la Libertad de Prensa, que reconocía de este modo su trabajo y trayectoria. El CPJ se encargó de su salida hacia Perú y después fue a Barcelona a través del programa de acogida temporal de periodistas de la Taula per Mèxic y el Ayuntamiento de Barcelona. Actualmente, Patricia ha podido volver a México, donde vive de manera intermitente y coordina el área de libertad de expresión de Periodistas de a Pie poniendo el foco en la importancia del apoyo psicológico.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de junio de 2023 No. 1458

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