Por Sergio Ibarra

La incorporación social es un proceso vital influenciado por la cultura familiar, la educativa y por el contexto social específico de la población o el país en que nacemos y en el que crecemos. La cultura es una especie de “disco duro” que se nos instala desde el nacimiento y se convierte en la memoria de la que se deriva nuestro comportamiento.

La memoria de nuestros modales, costumbres, tradiciones, valores y otras cosas, pero ahí también están las formas en que establecemos relaciones con el prójimo en los espacios sociales donde nuestras vidas tienen lugar.

El sociólogo Pierre Bourdieu (1930-2002) define Espacio Social como el conjunto de posiciones distintas y coexistentes…definidas por vínculos de proximidad, de vecindad, o de alejamiento y también por relaciones de orden como debajo, encima y entre.

La única forma de que un ser humano sea es relacionándose con sus semejantes Todo el tiempo asumimos posiciones y disposiciones cuando entramos en contacto con nuestro prójimo y ellos con nosotros, cuando nos relacionamos, cuando nos interrelacionamos.

El smartphone versus el prójimo

Distintos estudios demuestran que pasamos en promedio cinco horas diarias en la pantalla de los smartphones, más las que pasamos en el televisor. El aislamiento social y la violencia digital es un fenómeno cultural del siglo XXI que circula exactamente en contra de la primera característica que tenemos como seres humanos: somos seres sociales, necesitamos de los demás. ¿Qué ocurre cuando alguien se aísla? Pierde el aprecio de los demás, entre otras cosas.

El thymós es un término griego que se define como la base de los juicios de valor. El ser humano puede tener comida, vivienda, un auto o ropa, pero existe esta tercera dimensión que complementa a nuestra razón y nuestros deseos. Estos juicios se traducen en el reconocimiento de los otros sobre nuestra valía y dignidad. Cuando son positivos nos genera orgullo, pero cuando son negativos, ira o vergüenza. ¿Qué ocurre con la intensa guerra digital de difamaciones, mentiras y faltas de respeto? Ha despertado una ola permanente de descalificaciones de todas y todos contra todas y todos.

Nada podrá sustituir al contacto físico

Cualquier reconocimiento digital nunca se va a comparar con el contacto físico. Si deseamos recuperar las relaciones humanas de a deveras, es fundamental que ese capital familiar y comunitario se rescate, regresar a la convivencia cara a cara y estimular las tertulias, las charlas y la cascarita, como bien lo plantea Bourdieu.

Los espacios sociales son donde nos vinculamos y es tarea de cada uno cuidarlos si no deseamos que un día de estos nuestro mejor amigo sea un smartphone y nuestra mejor amiga una computadora.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 23 de julio de 2023 No. 1463

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