Por P. Justo López Melús
ALIVIO DE CAMINANTES
Un hombre soñó con un gran tesoro bajo un puente. Se puso en camino y empezó a cavar febrilmente. Un viejo pasó por allí y le preguntó:
-¿Qué hace ahí cavando?
-He soñado que había aquí un tesoro
-Yo también soñé con un gran tesoro…- y le describió la casa y la aldea soñada.
El hombre que cavaba bajo el puente reconoció su propia casa en la descripción del viajero. Corrió a su aldea y empezó a cavar bajo su propia casa. Allí había estado siempre su tesoro. No busques el tesoro –pensó para sí mismo—ni lejos ni fuera. Búscalo en tu casa, entre los tuyos, en tu corazón. Y pide a Dios la gracia de saber encontrarlo.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 23 de julio de 2023 No. 1463