La red emergente buscará promover e incentivar respuestas locales en la asistencia y promoción de los sin techo, entre otros múltiples cometidos, y cuenta con el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, CELAM.
Por Vatican News
«La calle no es un lugar donde transitar la vida, ni habitarla, ni para morir. La vida merece ser vivida desde un marco y un contexto de dignidad, donde la persona encuentre y tenga a su disposición todo aquello que le permita realizarse, vivir y morir en plenitud». Este es el motivo esencial por el que se ha creado la Red Latinoamericana de Personas en Situación de Calle, según lo establece su documento fundacional. Se trata de un momento significativo que se vivió tras un encuentro continental realizado de manera virtual.
El texto se inspira en el Documento de Aparecida y en la encíclica Fratelli tutti y desglosa en 14 puntos los compromisos que asumen quienes adhieren a esta mirada que sigue a Jesús, sus pasos, promoviendo un estilo de encuentro que siempre esté “atravesado por la amorosidad y la generación de vínculos afectivos que nos comprometen a que sean estables», según recoge ADN Celam. «Encuentro que es cálido, gozoso, generador de paz, donde se celebra la vida, se escucha amorosamente, con ternura, suspendiendo el juicio, compasivo, recibiendo la vida como viene, mirando a los ojos, con empatía, reconociendo a Jesús en el encuentro, esperanzador, donde reine la alegría de estar”, añade la nota.
En el segundo día del encuentro continental, se compartieron experiencias en distintos niveles de organización como rutas de calle y «salir al encuentro del otro». Los participantes conocieron, por ejemplo, el trabajo de la Fundación Munasim Kulliakita, en Bolivia; de la Parroquia San Francisco de Asís, en Argentina; y el Centro San Juan Pablo II en Panamá.
ADN Celam puntualiza que la reunión recibió una «visita inesperada», la de la doctora Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), quien expresó su «alegría enorme» por el evento y sostuvo que «es un ejemplo que hay que visibilizar, que mostrar en otros contextos donde también hay periferias, periferias de mundo como Asia y África donde estamos trabajando». La teóloga argentina hizo presente que esta es su función: «Desde el Vaticano comunicar América latina con otros continentes para compartir experiencias. Esto es hermoso. Les digo que en la nueva constitución del Vaticano, en el artículo primero de Predicate evangelium nos dice cómo evangelizar. No habla de contenido sino del modo. Y nos dice que evangelizar es tocar la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Y ese pueblo que es el que está sufriendo, ese que está en la calle, son las periferias y ese es nuestro pueblo y hacia ahí va nuestra evangelización».
Cuda describió este esfuerzo como «un gran ejemplo» y aseguró que está muy feliz y «apoyando mucho todo lo que hacen». Asimismo, manifestó su disposición para colaborar «en todo lo que se necesite» y anticipó que transmitiría esta experiencia al Santo Padre, «porque creo que se va a poner muy feliz», manifestó.
La tercera jornada permitió escuchar los testimonios de habitantes de la calle: «Historias del pasado -comenta el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño- relatadas en primera persona, la calle, su soledad e irrespeto, el hambre y el frío, la indiferencia, las drogas y el alcohol. Historias que confrontaron con sus actuales realidades de superación de la mano de las distintas personas que, trabajando en variados espacios de nuestro continente pero unidas por el mismo espíritu de ayuda a la gente que habita la calle, lograron que hoy puedan sentirse vivos, en servicio a los demás, recomponiendo vínculos, sanos, en marcha en el camino, con la esperanza recuperada».