Expertos se congratulan por el documento ‘Dignitas Infinita’

La Universidad Católica Argentina (UCA) y el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), realizó de forma virtual y gratuita el primer Seminario Internacional sobre la declaración ‘Dignitas Infinita’ que fue presentada el pasado 8 de abril en la Sala de Prensa Vaticana por el Cardenal Victor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Con la participación de grandes personalidades como Monseñor Alberto Bochatey, secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina; Blanca Castilla de Cortázar, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid; el padre Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Católica Argentina; y el Dr. Rodrigo Guerra López, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina.

Durante este ejercicio académico, los ponentes analizaron la nueva declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con el fin de esclarecer la seriedad y centralidad de la dignidad humana en el pensamiento cristiano en torno a temas como la pobreza, la situación de los emigrantes o la guerra, entre otras problemáticas que hoy se viven.

Durante su participación Monseñor Alberto Bochatey , secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, manifestó su alegría por la publicación de este documento, después de 5 años de trabajo, donde se nos invita a defender la dignidad en cada contexto cultural y en cada momento de la existencia de la persona.

“Podemos afirmar, que estamos ante un documento que debido a la seriedad y centralidad de la cuestión de la dignidad en el pensamiento cristiano, necesitó un considerable proceso de maduración, para llegar a la redacción final”, afirmó el también obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata.

“Queda claro y evidente que no es un texto improvisado, ni inconsulto, si no que es un texto de fuste, donde la Iglesia manifiesta su preocupación frente a los posibles equivocos que se pueden presentar en relación a la expresión: dignidad humana”.

Monseñor Bochatey, destacó que esta declaración confirma lo que siempre enseñó la Iglesia, la dignidad humana, “la dignidad de la vida humana es ontologicamente fundada”.
Aseguró que nos invita a no adormentar la consciencia y poner especial atención a toda violacion de la dignidad de la persona, incluso a aquellas que pueden ser menos evidentes, haciendo que cada violación de la dignidad humana sea un fracaso par el hombre y para la humanidad.

La dignidad humana, afirma Bochatey, es la razón para reaccionar contra las violaciones a ella, usando un lenguaje de igualdad, de equidad, de paz, de acogida, de los deberes más allá de los derechos, del amor y del cuidado en las relaciones y en la reciprocidad: en el reconocernos pertenecientes a la comunidad humana, concluyó.

En su análisis, la doctora Blanca Castilla de Cortázar, catedrática experta en antropología humana, afirmó que esta declaración hacía mucha falta, y que fue presentado con un título impresionante proveniente de una expresión de Juan Pablo II, que en dos palabras señala que el ser humano tiene valor absoluto.

“Tiene valor absoluto, infinito, otorgado por el soplo del creador, un valor que le hace único e irrepetible a cada persona, que es descrita como ontológica en el documento”.

“La dignidad es un regalo recibido, que pasa a ser propiedad de uno mismo, lo que explica que cada persona es dueña de sí y no puede ser esclava de nadie”, comentó.

Reconoce que éste documento presenta un mapa ordenando de avances y retrocesos a lo largo de la historia para terminar resaltando los que se consideran aún temas pendientes en relación a la dignidad, tanto en lo teórico como a nivel práctico. La filósofa lanzó la pregunta sobre cuáles serían entonces las prioridades teóricas a las que habría que dar preferencia y mostró la necesidad de una filosofía y teología de la familia.

La investigadora enfatizó la importancia de proteger a la familia, pues aseguró que hoy en día hay un ataque directo en todos sus aspectos,por lo que lamentó que de momento no se conozca ni filosofía o teología de la familia, porque no se entiende que es la institución más originaria, universal e impresindible de la sociedad, y su dinámica puede elevar nuestra civiliación por encima de muchos de los graves problemas que la acosan.

“Las laceraciones prácticas que señala la declaración casi todas tienen que ver con la familia, como la pobreza, la guerra, los emigrantes, la explotación sexual de niños y niñas, la prostitución como trabajo exclavo, incluida la trata de personas, la difusión de la pornografía, que lacra sobre todo a la juventud masculina, incluida en la violencia digital. Y otros mencionados como abusos sexuales, violencia contra las mujeres, el aborto, la maternidad subrogada, la teoría de género y el cambio de sexo, todas ellas van en contra de la familia”, señaló.

Por su parte, el padre Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Católica Argentina y también miembro de la Academia Pro Vita en el Vaticano, destacó que este es un documento claro y sin ambigüedades, que de cierta forma, dijo, “no tiene mucho de novedoso” ya que se funda en una propuesta en que la persona, el ser humano vale por lo que es y no por lo que hace, una roca forte señalada con anterioriad por la Iglesia.

“Su fortaleza reside en que retoma el planteo metafísico en la búsqueda de una ética compartida y así sale de la lógica el pacto social”.

“Dignitas Infinita es una declaración que resume y reafirma la propia identidad e invita a salir a dialogar con toda persona de buena voluntad. No deja lugar a excusas: la dignidad humana está unida a su existencia personal y debe ser custodiada”, afirmó.

El padre Revello enfatizó que la Iglesia está desafiada a custodiar la dignidad humana, retomando lo señalado por Juan Pablo II en Humane Vitae, donde afirma que “La vida humana corre peligro, por lo que se debe ser voz de los que no tienen voz”

Por otra parte señaló que aunque es fundamental defender la vida, también nos debemos abrir a otros temas “Si sólo nos preocupamos por el embrión y al mismo tiempo no nos preocupamos por la pobreza, por las personas descartadas, por el sufirmiento humano, por los atentados contra la dignidad en tantas y tantas formas, perdemos coherencia”.

Finalmente, el Dr. Rodrigo Guerra actual secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, se congratuló por los esfuerzos del Papa Francisco para que la enseñanza de la Iglesia se actualice pastoralmente.

“Gracias a esta declaracion Dignitas Infinita, podemos decir varias cosas importantes, primero que tenemos claramente parámetros en la enseñanza del Papa Francisco, sobre todo en esta enseñanza del Dicasterio de la Doctrina de la Fe”

Rodrigo Guerra comentó que este documento nos lleva a navegar por la carretera de la dignidad humana, por la que ha muerto Jesucristo.

“Por la que es posible afirmar con radicalidad, la opción preferencial de los pobres y la defensa del no nacido, la dignidad del migrante a migrar y por lo tanto la crítica a la construcción de cualqueir tipo de muro y de perspectiva soberanista; y al mismo tiempo la dignidad del paciente terminal que merece vivir hasta el último momento de su vida con plena dignidad sin precipitar através de un acto deliberado por parte de otros su propia muerte”

Hizo un llamado a no dejarnos polarizar y defender la dignidad humana de una manera integral y luchar con la misma pasión por todos, desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural, sin excepciones, sin fragmentaciones, sin afirmaciones ideológicas.

“Si lo leen con atención encontrarán un paquete de elementos que nos ayudan a mirar que el Papa no está jugando con la doctrina, está afirmando la doctrina constante de la Iglesia, que necesita ser mejor entendida, para tener una comprensión de realidad que logre una sociedad y una Iglesia más reconciliada y menos ideologizada”.

Ante los cuestionamientos de los asistentes sobre la relación de la dignidad y su salvaguarda respecto al Estado, el Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina reflexionó sobre la necesidad de reproponer la dignidad humana en los grandes espacios de decisión que configuran las políticas públicas, las legislaciones y la vida del Estado. Recordó una propuesta que Juan Pablo II hizo en su momento a través de la Centesimus Annus, donde se invita a trabajar en el ámbito de la cultura y la transformación estructural. Para Guerra, el Papa Francisco complementa esta idea desde Fratelli Tutti donde expone la necesidad de reaprender a vivir nuestras responsabilidades políticas mirando la parábola del Buen Samaritano.

Este primer conversatorio sobre el documento ‘Dignitas Infinita’ contó con la inscripción de alrededor de 2 mil personas y la participaron asistentes de 25 países en América Latina y Europa como: España, Argentina, México, Brasil, Colombia, Paraguay, Chile, Puerto Rico, Ecuador, Estados Unidos entre otros.

 

 


 

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