Por José Ignacio Alemany Grau, obispo

Reflexión homilética 12 de mayo de 2024

La ascensión de Jesús nos la cuenta San Marcos en su Evangelio y San Lucas en el Evangelio y los Hechos de los apóstoles.

Sin duda fue algo maravilloso en aquel momento y las consecuencias inimaginables.

Admiremos: Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios Padre.

¿Y qué fue de los apóstoles?

Hechos de los apóstoles

El relato más importante sobre la ascensión es el de San Lucas en los Hechos.

Los apóstoles rodearon a Jesús y su actitud es totalmente distinta de la que tenía el Señor en estos momentos.

Mientras Jesús piensa en despedirse, ellos viven en la ceguera de su visión muy humana:

«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

Jesús los bendijo y, sin más, empezó a ascender hacia el cielo hasta que una nube, símbolo del Espíritu Santo, lo ocultó:

«Dos hombres vestidos de blanco les dijeron: “Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá” …»

Salmo 46

Este es un bello salmo sobre el triunfo del Mesías:

«Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas».

Ante el triunfo del Señor, el salmista nos invita a celebrarlo:

«Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo… Tocad para Dios tocad. Tocad para nuestro rey, tocad, porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones».

San Pablo

A su manera, San Pablo nos descubre la ascensión de Jesús por los regalos que hizo:

«Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres».

A cambio de ello, Pablo nos pide: «sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz».

Mantengamos la unidad que trajo Jesús:

«Un solo Señor, una fe, un bautismo. Un Dios padre de todos, que trasciende todo y lo penetra todo y lo invade todo».

Verso aleluyático

El gran pedido del Señor:

«Id y haced discípulos de todos los pueblos. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Evangelio

Jesús se apareció a los once y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

El efecto de esta predicación será: «El que cree y se bautice se salvará…»

A continuación, Jesús promete unos signos especiales con los que Él mismo «cooperará confirmando la palabra con las señales que los acompañarán».

«Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios».

Añade el evangelista que ellos fueron a pregonar el Evangelio por todas partes.

Entre estos dos últimos acontecimientos, sabemos que Jesús cumplió su promesa enviando el Espíritu Santo para fortalecerlos y meterles en el pecho el fuego apostólico que los llevó a evangelizar hasta el martirio.

Jesús se fue y la Iglesia creció a un ritmo imparable, impulsada por el Espíritu Santo.

 

FELIZ DÍA DE LA MADRE y que cada una de ustedes sean felices y agradecidas con Dios por la vida que les han dado a sus hijos. Dios las bendiga.

 
Imagen de Romy en Pixabay


 

Por favor, síguenos y comparte: