- En El Video del Papa de mayo, Francisco eleva su oración “para que las religiosas, los religiosos y los seminaristas crezcan en su camino vocacional a través de una formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, que los lleve a ser testigos creíbles del Evangelio”.
- Su preparación, recuerda el Papa en el mensaje confiado a su Red Mundial de Oración, debe ser integral, debe desarrollarse ya desde el seminario y el noviciado, en contacto directo con la vida de otras personas.
- Por último, Francisco recuerda que la formación no termina en un momento determinado, sino que continúa a lo largo de toda la vida. Y pasa por diferentes aspectos: la conciencia de los propios límites, la oración, la dedicación al testimonio del Evangelio, la preparación para la vida en comunidad, la cercanía a la vida de las personas.
(Ciudad del Vaticano, 30 de abril 2024) – En El Video del Papa de este mes, Francisco dedica su intención de oración por la formación de las religiosas, los religiosos y seminaristas. En su videomensaje, difundido por la Red Mundial de Oración del Papa y que fue realizado con la colaboración de la Arquidiócesis de Los Ángeles y con el apoyo de Hallow, insiste en que “cada vocación es un ‘diamante en bruto’ que hay que pulir, trabajar, al que hay que darle forma en todas sus caras”.
Una formación integral y para toda la vida
En la constitución apostólica Veritatis Gaudium, sobre las Universidades y Facultades Eclesiásticas, el Papa destaca que la formación integral de las vocaciones sacerdotales y religiosas debe abarcar tanto la dimensión humana como la espiritual, la pastoral y la comunitaria. Asimismo, debe tener en cuenta la diversidad cultural y social. En esa misma línea, Francisco retoma en el video este requerimiento e insiste en que la formación “los lleve a ser testigos creíbles del Evangelio”. En ese sentido, la formación no se trata únicamente de adquirir conocimientos, sino de una experiencia de encuentro profundo con Jesús.
La formación en vida comunitaria
La vida en comunidad es un aspecto central de la vida de un religioso, religiosa o sacerdote. Para el Papa, este es uno de los puntos clave en la formación y preparación para quienes responden a esta vocación. En ese sentido, reflexiona que, si bien esa experiencia puede ser “enriquecedora”, a veces también “puede ser difícil”, y comenta: “Porque no es lo mismo vivir juntos que vivir en comunidad”.
Para Francisco, vivir y relacionarse con los demás no es fácil a veces, pero la vida comunitaria es siempre una escuela de santidad donde uno crece en las diversas virtudes humanas y aprende a ir más allá de sí mismo.
Años muy importantes
Es precisamente la vida comunitaria la que juega un papel central en las imágenes de El Video del Papa de este mes, que acompañan las palabras de Francisco: desde los partidos de baloncesto hasta las comidas juntos, pasando por los momentos comunes de oración y estudio, y por supuesto la Eucaristía y el servicio a los más pobres, todo joven seminarista, religioso o religiosa fortalece su vocación en el compartir experiencias y en la confrontación constante con los demás. Los años de formación son muy importantes en la preparación de toda persona consagrada, y las escenas de vida filmadas en la Archidiócesis de Los Ángeles -que ha participado en la producción de este video- relatan la belleza de la misma, subrayando varios aspectos del mensaje del Papa: sobre todo, el concepto de que la formación es un camino continuo, y que -como repite el Santo Padre- «un buen sacerdote, una monja, deben ser primero de todo un hombre, una mujer formados, trabajados por la gracia del Señor».
La alegría del Evangelio
La Archidiócesis de Los Ángeles ha contribuido de forma decisiva a este video poniendo a varios profesionales al servicio de la Red Mundial de Oración del Papa para contar de la mejor manera posible la intención de oración mensual de Francisco. «Estamos agradecidos de apoyar al Papa Francisco invitando a personas de todo el mundo a rezar por los seminaristas y las religiosas mientras buscan discernir el hermoso plan de Dios para sus vidas», dijo Mons. José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles. «Nuestro equipo digital se propuso personificar la alegría que irradian los jóvenes que dedican su vida al servicio de Dios y de su pueblo», dijo Sarah Yaklic, Directora Digital de la Archidiócesis de Los Ángeles. «Esperamos que la alegría del Evangelio que se ve en el video del Papa de este mes fortalezca a los que están en formación y anime a otros jóvenes a considerar una vocación religiosa».
Un compromiso renovado
El Video del Papa de este mes también ha recibido el apoyo de Hallow, una aplicación de oración nacida en Estados Unidos. Su cofundador, Alessandro DiSanto, comenta: «Es un verdadero honor y una bendición poder apoyar al Santo Padre y la iniciativa El Video del Papa. Como aplicación centrada en ayudar a personas de todo el mundo a encontrar paz y propósito en su relación personal con Dios, estamos especialmente emocionados de patrocinar este video sobre la formación de religiosos y religiosas, así como de seminaristas. Estamos increíblemente en deuda con estos hombres y mujeres que han aceptado heroicamente sus vocaciones religiosas, desde los sacerdotes que llegan a los fieles con los sacramentos hasta las religiosas que sirven a nuestra Iglesia de tantas maneras sacrificadas. Nuestra sincera esperanza es que este video suscite un compromiso renovado de apoyo a quienes disciernen o viven una vocación religiosa, que de un modo único, sirven como manos de Cristo en la tierra».
La misión con otros enviados
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, analiza el contenido del mensaje y reflexiona: “Es positivo que Francisco nos recuerde, una vez más y a la luz de Veritatis Gaudium, la importancia de una formación integral para los jóvenes que emprenden su camino en la vida religiosa o como seminaristas. Dicha formación debe abarcar todas las dimensiones de la vida humana: afectiva, espiritual, pastoral y comunitaria. En un contexto eclesial marcado por abusos de poder, de consciencia y sexuales, que tienen raíces estructurales e ideológicas, resulta crucial que la formación promueva una apertura hacia la dimensión humana y afectiva, facilitando el autoconocimiento; propicie una auténtica experiencia de encuentro con Cristo, de tal manera que el testimonio de vida pueda comunicar a otros la Buena Nueva; fomente la convivencia en comunidad, para aprender a aceptar y valorar las diferencias y el trabajo en equipo; comprenda el contexto intercultural e interreligioso; y asegure una formación académica de calidad, con el fin de servir mejor la misión de Cristo. La necesidad de una formación integral es imperativa. No es suficiente con adquirir conocimientos. Además, esta formación integral prepara a los jóvenes no solo para enfrentar los retos actuales, sino también para actuar como puentes de diálogo en un mundo caracterizado por su pluralidad y diversidad. La capacidad de establecer un diálogo constructivo y de mantener una apertura hacia el otro es esencial para la misión de la Iglesia, mostrando un rostro compasivo, comprensivo y cercano a todas las personas”.