Por Mauricio Sanders

Yo quiero vivir en un país donde, cuando el Presidente de la República dé el Grito de Independencia en 2049, grite ante un pueblo que festeja pacíficamente con confeti y serpentinas: “¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Guerrero! ¡Viva Iturbide! ¡Viva José Woldenberg!”

José Woldenberg estudió sociología y después una maestría en Estudios Latinoamericanos. Durante tres años estudió cine en el CUEC. Desde 1974 es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Tenía 22 años cuando dio su primera clase.

Poco después, además de enseñar teoría política, comenzó a ejercitarse en su práctica, participando en la fundación del Sindicato de Personal Académico de la UNAM (SPAUNAM), que en 1977 se fusionó con el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM (STEUNAM), del cual surgió el actual STUNAM. Como dirigente sindical, Woldenberg participó en una huelga que fue reprimida y estuvo preso cinco días en el Reclusorio Oriente.

ELECCIONES CON CERTEZA

José Woldenberg fue fundador y militante del Partido Socialista Unificado de México, el Partido Mexicano Socialista y el Partido de la Revolución Democrática, el cual dejó por razones ideológicas. Entre 1989 y 1994, presidió el Instituto de Estudios de la Fundación Democrática. Como escritor e intelectual, ha participado en otras formas de la política, debatiendo la cosa pública desde la revista nexos.

Woldenberg presidió el Instituto Federal Electoral de 1997 al 2003, cuando el Instituto estaba nuevecito. Antes de ese primer IFE, los órganos electorales existentes eran incapaces de ofrecer garantías de integridad, transparencia y certeza, tanto a los partidos en competencia como a los electores en su totalidad. Como Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral, Woldenberg se impuso un objetivo simple de enunciar pero de dificultad formidable: que los ciudadanos y los partidos políticos tuvieran certidumbre en las elecciones.

El IFE de Woldenberg fue responsable de dotar a los mexicanos con su primera credencial para votar con fotografía; de compilar listas nominales de electores, también con fotografía; de seleccionar y capacitar funcionarios de casilla; de imponer el uso de tinta indeleble y de boletas en papel seguridad foliadas por municipio. Así, las elecciones en México se metamorfosearon en un proceso creíble.

EL CÉLEBRE AÑO 2000

A Woldenberg le tocó fungir como autoridad electoral en las elecciones presidenciales del 2000. En esas elecciones, por primera vez en 72 años un partido que no era el PRI ganaba las elecciones presidenciales. Ese IFE demostró ser una institución sólida capaz de hacer valer su autonomía.

Este patriota mexicano que prefiere hacer política desde el salón de clases y el artículo de revista, insiste en conocer, valorar y defender la democracia que tenemos, con todos sus muchos, grandes, innegables defectos. Por eso, fue orador en la marcha ciudadana del 26 de febrero de 2023.

Cuando el Presidente dé el Grito en 2049 estará conmemorando que, en parte, debemos a José Woldenberg un México democrático. Cuando el Presidente dé ese Grito del futuro, ojalá también conmemore que, de los héroes que nos dieron patria, Woldenberg fue de los pocos que murieron de viejitos en su cama. Ya no quiero gritar vivas a más héroes asesinados y fusilados. Yo quiero vivir en un país de paz.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 5 de mayo de 2024 No. 1504

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