Por Mary Velázquez Dorantes

En este siglo XXI surge la figura de un nuevo modelo de santidad, con la mirada puesta en los jóvenes. Carlo Acutis dio testimonio de esperanza y consuelo en medio del dolor, dejó una huella que puede ser replicada por todos aquellos jóvenes que consideran que están pasando por un momento oscuro y doliente en su vida, pero como en la Resurrección, el camino de la luz y la gloria están al final. ¿Pueden los jóvenes ser santos e imitar a Carlo Acutis?, ¿la santidad está diseñada para todos? Aquí te contamos cómo el pensamiento de este futuro santo puede ayudarte a estar muy cerca de la santidad.

CUIDADO DE CAER EN LA TRAMPA DE LOS NUEVOS MEDIOS

Para Acutis el panorama le resultaba claro siendo joven e inquieto, sin embargo, sabía que los nuevos medios de comunicación, incluyendo las redes sociales, pueden convertirse en una trampa para el espíritu humano. La cultura del consumo, la pérdida de espíritu crítico, la esperanza vacía por comparar nuestras vidas con las de los demás, es un peligro. No obstante, la otra cara de la moneda es encontrar en los nuevos medios de comunicación un espacio para el Evangelio, las propuestas de valores humanos, para encontrar la belleza en medio de la nostalgia y la negatividad que rodea a las generaciones más jóvenes.

ORIGINALIDAD Y NO COPIAS

Este joven deja la enseñanza de la originalidad, un modelo de imitación amoroso por Dios, María y el rosario. En tiempos convulsos y de tantas perdidas, ser originales es tomar el sendero que lleva a Dios. Apasionado de los milagros eucarísticos, mostrando como Cristo vive aquí y allá, en todos los entornos que circundan a la juventud. Castidad, madurez afectiva, pureza de corazón y alegría propia son la guía para ser originales, puesto que con ello se encuentra la creatividad, la resiliencia y la esperanza de llegar a un camino que sacará todo el potencial del ser humano.

ANATOMÍA DEL SILENCIO

El encuentro con Jesús nace en la intimidad del silencio. Acutis muestra el camino del silencio como el sendero para encontrarte con la felicidad perpetua, es la vía de comunicación directa entre el corazón humano y el corazón de Jesús. La mirada orante frente al Tabernáculo, el silencio después de la Eucaristía, el silencio sobre las cosas bellas que rodean al hombre, un silencio místico y divino. Un joven sociable, alegre, apasionado por el internet, pero con la mirada puesta en el cielo. Carlo Acutis supo comunicar un ambiente de intimidad con Dios, sin dejar de estar en la alegría del mundo. La hora santa antes o después de la Eucaristía era su momento clave, además de tener herramientas sobre el conocimiento de los santos, el poder del sacramento de la confesión, todos guiados por un silencio donde no había escasez de diálogo, sino un silencio mutuo entre el beato y Dios.

DE LA TRISTEZA A LA FELICIDAD

“La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios”, dijo Carlo Acutis en vida. Este principio mueve a las nuevas generaciones que han tocado una y mil puertas para ser felices. “El desafío es saber qué provoca alegría y qué tristeza en la juventud, cuáles son los proyectos de vida que te unen a Dios y cuáles te alejan”, señalaba Acutis. Cuando respondas a esas preguntas podrás saber dónde nace la felicidad. Para Carlo Acutis la meta era el infinito y Jesús era el centro de su vida. ¿Te animas a buscar la santidad como él?

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 16 de junio de 2024 No. 1510

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