Redacción
Después de la muerte y resurrección de Jesús, Matías fue elegido apóstol para sustituir a Judas Iscariote. Fue elegido por los otros once apóstoles. Su nombre significa “Regalo de Dios” y fue llamado a través de Pedro mediante una reunión en las primeras comunidades cristianas.
Este apóstol es conocido como el patrono de los arquitectos, ingenieros, carniceros y alcohólicos arrepentidos. Su trabajo anima a muchos porque fue un apóstol obediente, no buscaba figurar, era muy simple. Su nombre de pila era Levi. De acuerdo con los libros históricos, se cree que murió crucificado. Algunos retablos lo pintan con un hacha en su mano y otros con un libro. Sus reliquias están en Trovéris, Alemania, donde es considerado patrono de esta, mientras que en Santa María la Mayor, en Roma, también se encuentran otra parte de sus reliquias.
Al momento de ser elegido se distinguió de otro candidato llamado José Barsabás. Los once echaron a suerte y le tocó a Matías ser el apóstol sustituto. Los textos históricos narran que se distinguió por su insistencia para predicar el mensaje de Jesús y su necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Predicó en Judea, luego en Capadocia y las costas del Mar Caspio. Sufrió grandes persecuciones por parte de los pueblos bárbaros y obtuvo la corona del martirio en Cólquida. Algunos historiadores señalan que fue apedreado y luego decapitado con una alabarda, pero no existen textos fidedignos.
Su elección como apóstol no está presente en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas o Juan, el único relato se encuentra en el libro de los Hechos y se cree que fue escrito por Lucas, aunque se sabe que estaba presente Pentecostés, que caía el quincuagésimo día después del sábado de Pascua. De acuerdo con la tradición histórica se cree que era originario de Betsaida y otros textos señalan que pudo ser originario de Jerusalén. Es venerado como santo en la Iglesia Católica Romana, pero también la ortodoxa oriental y anglicana. A san Matías también se le atribuye un evangelio apócrifo. La elección de Matías curó en cierto modo una herida abierta, devolviendo la integridad al colegio de los Apóstoles y preparando el terreno para el destino que les esperaba.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 23 de junio de 2024 No. 1511