Seguridad, justicia y paz

Por Javier Sicilia

Van mis respuestas, Jaime querido:

¿Qué pendientes hay en México?

Hay muchos. Pero el fundamental es el de la seguridad, la justicia y la paz. Sin ellas, el Estado carece de razón de ser y la democracia es inexistente. Por desgracia, quienes aspiran al poder no parecen pensar lo mismo. Sus propuestas, al respecto, son de una pobreza descorazonadora.

¿Qué debe hacer la próxima presidenta, restaurar, cambiar?

Unificar a la nación para articular una política de Estado transexenal que, descapaturándolo de sus vínculos con el crimen organizado, le permita transitar a un estado de Derecho, que nunca ha existido en México. Para ello se necesitan dos mecanismos extraordinarios de verdad y de justicia, independientes del gobierno y con apoyo de la comunidad internacional. Sin eso, el país, como lo hemos visto sexenio tras sexenio, está perdido.

Te abrazo muy fuerte. Javier.

Transparencia y autonomía

Por Julio Hubbard

Querido Jaime:

Respondo a vuelapluma: La sociedad mexicana ha dado ya muestras suficientes de su estado adulto: la ciudadanía tiene claro el piso en que habitamos, y ha dicho enfáticamente que no está dispuesta a ser excluida de las decisiones y la actividad pública.

Órganos autónomos. Restaurar los que se pueda, y: 1. La Secretaría de la Función Pública (como ha dicho Zaid) debe dejar de depender del gobierno y volverse autónoma. 2. Que los programas sociales pasen a un órgano autónomo (como ha propuesto Alonso Tamez), de modo que se administren de modo transparente y quede claro que: a) la aportación es de la sociedad, b) es un programa de Estado y no del gobierno.

Y un fuerte abrazo, Julio.

Que la fuerza sea la fuerza de las ideas

Por Jean Meyer

Jaime:

Pericles decía de los dirigentes que deben “saber qué es lo que hay que hacer y ser capaces de explicarlo; querer a su país y ser incorruptibles.” Más de 2,300 años después, sus palabras siguen válidas. Exitosos son los dirigentes capaces de pensar cual dirección debe tomar la sociedad y cuál debe ser su propio papel para ayudar la sociedad a pensarse a sí misma.

Pero necesitan tener una mentalidad de luchador, de jugador, no de casinos en Las Vegas, sino de equipo deportivo. Estos pueden ganar y no necesitan ser populistas para lograr el estimo y la amistad del pueblo, de la nación. Es que tienen a su favor la fuerza de las ideas. “En una sociedad libre no reconocemos ninguna fuerza que no sea la fuerza de las ideas”, dijo un líder canadiense muy querido. Pericles no decía otra cosa.

Un abrazo virtual: Jean.

Dos desastres: seguridad y salud pública

Por Luis Xavier López Farjeat

Gracias, querido Jaime.

Me parece que, entre tantos problemas por atender, hay dos urgentes para la nueva presidencia: (1) seguridad, (2) salud pública. Se sabe que este ha sido el sexenio más violento a pesar de que López Obrador lo niegue. Lo más preocupante es que ninguna de las dos candidatas presentó en su momento medidas convincentes para combatir el crimen y la violencia. La alternativa de Sheinbaum es la misma que la de López Obrador. Aunque ambos sostienen que no han militarizado el país argumentando, de modo absurdo, que la jefatura de las Fuerzas Armadas recae en un civil (el presidente), es evidente que la apuesta por la Guardia Nacional y la participación del ejército en varios de los proyectos de la llamada 4T, han dado una fuerza enorme y un protagonismo inaudito a los militares. La gente que apoya a la 4T debería estar enormemente preocupada por la militarización del país. Creo que muchos de los aplaudidores del obradorismo no tienen idea de hasta dónde se puede llegar en un país militarizado. Las propuestas de Xóchitl Gálvez no fueron mejores. Si bien es cierto que en algún momento sostuvo que desmilitarizaría al país, sus medidas para combatir la inseguridad y la violencia fueron vagas: tecnología y cárceles. Es absurdo y también muy riesgoso creer que la tecnología y la inteligencia artificial nos salvarán del crimen y la violencia. Si bien es tentador el uso de nuevas tecnologías, mal usadas pueden resultar contraproducentes y se pueden ejercer controles muy cuestionables que vulneren los Derechos Humanos.

Tampoco es muy adecuado seguir apostando por un sistema punitivo. Y, dicho sea de paso, el sistema carcelario en México es enormemente deficiente. En el número 17 de la revista Conspiratio (https://www.conspiratio.mx/numero-17 ) se trató en detalle el proyecto de justicia transicional. El Colegio de México también ha publicado un volumen al respecto compilado por Juan Espíndola y Mónica Serrano. Las dos publicaciones son importantes, pero han pasado desapercibidas y, en su momento, las candidatas prefirieron seguir apostando por fórmulas que han fracasado. Quizás la nueva presidencia podría voltear a ver la opción de la justicia transicional.

Por otra parte, la descomposición del sistema de salud es escandalosa. La gente no es atendida de manera eficaz y oportuna. Los enfermos son tratados de manera despreciable e inhumana. En este sexenio el desabasto de medicinas fue escandaloso, así como la falta de atención a personas con enfermedades terminales como el cáncer. De nuevo, es extraño que los obradoristas piensen que será posible tener el “mejor sistema de salud del mundo” en tres meses, cuando la situación es grave e indignante. La gente sufre y muere, pero tal parece que eso ha sido irrelevante para la 4T. En salud pública hay mucho por hacer.

Estoy en el cierre de semestre y por eso te respondo hasta ahora. Escribí dos párrafos con prisas. No me encantan, pero igual te sirven. Un abrazo, Piu.

Retomar el humanismo

Por Francisco Prieto

Querido Jaime:

Es fundamental y prioritario el restablecimiento del Seguro Popular y asegurar el abastecimiento de medicamentos.

En segundo lugar, hacer presente que México fue un virreinato y no una colonia, que América Latina es tal por el mestizaje de los pueblos de España con los de América y que hablar de “descolonizar” es una estupidez, un sin sentido.

En tercer lugar, pero igualmente importante, que la educación debe retomar el humanismo, que es una herencia cristiana; hacer presente que la vinculación entre las repúblicas de América Latina tiene como eje la lengua española y la fe cristiana. La cultura general, que no puede confundirse con la ciencia, tiene que alimentar un nuevo proyecto educativo.

Un abrazo: Paco.

Nos necesitará a todos

Por María Luisa Aspe Armella

Queridos Maité y Jaime:

La primera recomendación es trabajar para la reconciliación nacional entendiendo que tal reconciliación implica necesariamente reconocer la enorme deuda histórica que los gobiernos de distinto signo ideológico y partidista han desatendido: pobreza, desigualdad e inequidad en oportunidades, en el acceso a la justicia, educación y salud.

La segunda, muy importante, echar mano de esta característica no exclusiva de la mujer, pero usualmente asociada a ella: la empatía. Urge activarla después de 5 años de ausencia absoluta en el actual gobierno.  Urge que desde la presidencia se dé la identificación con las causas fundamentales de las víctimas de todas las violencias: los desaparecidos y sus familiares, los que mueren antes de tiempo por la precarización del sistema de salud, las víctimas de feminicidio.

Durante la pandemia, los mejores resultados en materia de política pública frente a la emergencia fueron los estados encabezados por mujeres; por algo sería.

Otra recomendación: retomar el diálogo público auspiciado por el gobierno federal, en los tres niveles de gobierno; diálogo entre los partidos y con las organizaciones de la sociedad civil, con las universidades y con los movimientos sociales.

Convocar apenas se siente en la silla a un acuerdo nacional de Estado: del ejecutivo con el congreso, los partidos políticos, la sociedad civil, organizaciones, universidades, iglesias para la reconstrucción del país. Esta es una demanda legítima postergada desde hace años y que no puede esperar más. Sólo con un acuerdo así se podrá recuperar el territorio nacional de manos de las organizaciones criminales, sólo así podrá darse la paz.

Una más: reconocer primero que México es verdaderamente plural: un mosaico de culturas, de identidades regionales, de generaciones y edades, de creencias religiosas distintas o de ninguna creencia; de visiones diversas de horizontes de experiencia y de expectativas. Sólo desde ese reconocimiento básico se podría gobernar para todos los mexicanos.

Aterrizando propuestas: veo como prioritaria la desmilitarización paulatina del país, comenzando por regresar a los militares a sus cuarteles. Militarización y militarismo, realidades que creímos superadas en la década de los 30 del siglo XX deben desaparecer a la vez que se fortalece, capacita y supervisa a los distintos cuerpos de la policía civil.

Recuperar en el discurso y en los hechos, la validez de la ciencia, de la especialidad, del estudio y del esfuerzo. Desterrar la tergiversación constante que ha hecho este gobierno de la aspiración de cada mexicano a un futuro mejor para él y para sus hijos. Estoy convencida de que quien salga electa en las elecciones, legal y legítimamente, será acreedora a la “rifa del tigre”: nos necesitará a todos de su lado por el bien superior de la nación y de los mexicanos en su conjunto.

Por último, no me resisto a hacer una reflexión sobre los ciudadanos frente a la enormidad de las necesidades y de los retos que enfrenta México: estoy convencida que hace décadas que le quedamos a deber a México, tenemos que hacer más y mejor por todos, más allá de los legítimos y también egoístas intereses particulares. En este periodo de campaña política caracterizado por la violencia verbal y en los hechos, la vulgaridad y la falta de altura de miras, resuenan en mí las palabras de ese gran teólogo, queridísimo Manuel Anaut OFM: Los tiempos de bonanza nunca han dado ni líderes, ni profetas, ni santos. Allí andamos. Espero que en los tiempos recios que sin duda vendrán, demos lo mejor de nosotros: por México.

Un abrazo a los dos: María Luisa.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 9 de junio de 2024 No. 1509

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