Por Mary Velázquez Dorantes

EL YOUCAT es el Catecismo de la Iglesia Católica para adolescentes y jóvenes, enfocado a que comprendan de manera fácil, sencilla y práctica algunas preguntas y respuestas sobre la doctrina católica. Se trata de una guía que orienta a la juventud sobre cómo accionar frente a la vida, acompañados de las enseñanzas de la Iglesia.

Frente a un escenario como el que le espera a México en las próximas elecciones, ¿qué papel juegan los jóvenes? ¿Qué dice el YOUCAT sobre la participación en la democracia? ¿Cuáles son las herramientas que orientan y dirigen a los adolescentes y jóvenes a participar de su proceso electoral? En este texto te brindamos una revisión sobre este catecismo y las respuestas que brinda con respecto a la democracia y su construcción.

EL LLAMADO A HACER EL BIEN

El YOUCAT, en su apartado tercero, indica cómo obtenemos la vida en Cristo, y subraya que el ser humano tiene una dignidad inviolable que no depende de sus éxitos o fracasos. Al mismo tiempo, señala que Dios ha hecho a la humanidad libre para poder elegir el bien. Estas decisiones siguen la voz de la conciencia. Nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia, incluso si lo que le dicta es erróneo, con tal de que su acto no vaya contra el bien común. Las virtudes son disposiciones estables a hacer el bien que se pueden entrenar con ayuda de la gracia de Dios; las virtudes cardinales son la prudencia (capacidad de reconocer lo que es justo y elegir los medios adecuados para obtenerlo); la justicia (dar a cada uno lo que le es debido); la fortaleza (perseverancia) y la templanza (autocontrol). El orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas y no al contrario.

EL PAPEL DE LA IGLESIA FRENTE A LA POLÍTICA

El Magisterio de la Iglesia no sólo se refiere a lo que está contenido en el Evangelio, sino también a la ley moral natural. A la pregunta sobre cómo los cristianos católicos se deben comprometer con respecto a la política y a la sociedad, así como el papel de la Iglesia en este rol, el YOUCAT señala que es una misión especial de los fieles laicos comprometerse en la política, la sociedad y la economía según el espíritu del Evangelio: la caridad, la verdad y la justicia. Se enmarca el papel de los laicos y el papel del carisma de la vida religiosa, entiéndase sacerdotes y religiosas. En explicación de Monseñor José Ignacio Munilla sobre este punto, un sacerdote no debe y no puede tomar parte en la vida política, no es permitido porque la política supone una toma de partido en la opinión pública, y el sacerdote tiene que tener una paternidad para todos los católicos. Pero el laico, no solo puede sino que debe discernir de qué forma debe participar en la vida pública. No es válido decir que se es cristiano y no se mete en política, porque el reino de Dios también se realiza en la vida política, opinando y participando. Es un estar presente, afirma monseñor cuando explica el apartado 440 del YOUCAT.

DEMOCRACIA, UN CAMINO A SEGUIR

La Iglesia apoya la democracia porque, entre los sistemas políticos, es el que ofrece las mejores condiciones para que se realicen la igualdad ante la ley y los derechos humanos. Para ello la democracia debe ser algo más que un mero dominio de la mayoría. Una verdadera democracia es posible únicamente en un Estado de derecho que reconozca los derechos fundamentales de todos y, en caso necesario, los defienda contra la voluntad de la mayoría. La diversidad de regímenes políticos es legítima con tal de que promuevan el bien de la comunidad. La autoridad política debe actuar dentro de los límites del orden moral y debe garantizar las condiciones del ejercicio de la libertad. El bien común comprende “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección”.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de febrero de 2024 No. 1493

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