Por Juan Diego Camarillo

Se estrena hoy 15 de agosto en los CINEMEX de México la película “Brother” que muestra la vida impresionante de un fraile franciscano dando testimonio en la vibrante ciudad de Nueva York.

El Observador tuvo el honor de conversar con Fray Juan David, miembro de los Franciscanos de la Renovación, congregación del hermano François, quien muestra su historia en la pantalla. Nos da detalles de su vida y de lo esperanzador que es para ellos que esto sea visto en las pantallas:

¿Podría presentarse y contarnos un poco sobre su vocación y la congregación a la que pertenece?

Mi nombre es Fray Juan David. Soy un fraile religioso, un hermano de la congregación de los Franciscanos de la Renovación. Nuestra congregación fue fundada en la ciudad de Nueva York, y llevo 9 años en la comunidad. Actualmente, vivo aquí en Comayagua, Honduras, donde llevo 5 años.

¿Qué representa para usted que la vida de un fraile se represente en la pantalla?

Me encanta porque personalmente me convertí en católico durante mi tiempo en la universidad, al hacer voluntariado con las Hermanas Misioneras de la Caridad en Calcuta, India. Al encontrarme con personas que realmente están viviendo el Evangelio, amando a los pobres y viviendo una vida feliz, llena de gozo en los votos, me impactó bastante.

Por eso me encanta saber que la belleza de la vida religiosa y de la Iglesia Católica se está difundiendo en el mundo, porque creo que hoy en día, no sé en México, pero por lo menos en los Estados Unidos, hay poco contacto con religiosos.

¿Cuál es la motivación y experiencia más especial que ha vivido en su camino como religioso y que se visualiza también en “Brother”?

La experiencia del contacto cara a cara con personas en situaciones de pobreza. Cuando yo era adolescente, mi mamá me trajo a un comedor para personas sin techo. Lo que me impactó más no fue estar atrás de la mesa sirviendo comida, sino tomar un plato y sentarme en la mesa con ellos, conocer su nombre, escuchar su historia, hablar con ellos, contarles sobre mi vida, relacionarme con ellos. Esto es lo que me encanta de la película «Brother»: personas que usualmente pensamos que son básicamente sin rostro humano, gente mala, asesinos, drogadictos, locos. Cuando te sientas frente a esta persona y hablas con ella, te das cuenta de que es un ser humano, y que tú eres igual.

Esto es lo que le digo a la gente que quiere encontrarse con personas en esta situación: no solo den algo y se vayan. Coman juntos, compren una hamburguesa y coman juntos. Dile “Quiero conocerte” y así vas a saber que no son tan diferentes.

¿Qué mensaje espera que los espectadores reciban cuando salgan del cine tras ver “Brother?

Creo que dos cosas. Primero, que las personas que sufren también son personas. La forma de sanar la pobreza, la división, el odio, los crímenes, y todo lo que nos preocupa sobre la sociedad actual no está en alejarnos de lo difícil y del sufrimiento, sino en acercarnos a ellos. Así lo hizo Jesús. Él se encontró con el leproso. Durante la pandemia de COVID, nos decían «guarda distancia», pero Jesús se acercó y tocó. El buen samaritano también se acercó y tocó a la persona herida. Entonces, espero que después de esta película, la gente pueda ver a los pobres como seres humanos, como yo, y tener el deseo de encontrarse con ellos y conocerlos.

La otra cosa es la resurrección. Todos queremos la resurrección en nuestras vidas, ¿verdad? Queremos que la luz brille en nuestra oscuridad y en la oscuridad del mundo. Pero la resurrección vendrá no sin antes, el sufrimiento y la muerte. Es en la oscuridad donde Dios hace brillar la luz, cuando nuestro sufrimiento se une a Él, se entrega a Él, y se acepta junto a Él. Él lo transforma, lo renueva, y nos hace nuevos. Esto es lo que quiero que todos sepan: que el encuentro con Dios es lo que va a sanar tus heridas, como ha sanado de alguna manera a los hombres que encontraremos en la película, y seguramente ha sanado a Fray François y a mí. Eso es lo que quiero transmitirles.

Si alguien se siente llamado por Dios después de la película, ¿cómo puede tener contacto con los Franciscanos de la Renovación?

Aquí en Honduras, en nuestro convento tenemos dos apostolados que reciben voluntarios y visitas. Uno de estos apostolados es nuestro centro médico, el “Centro Médico San Benito José” y una casa de rescate “Hogar Nazaret”. Los sitios web para mayor información son: www.sbjhonduras.com y www.hogarnazaret.es

Siempre podemos recibir voluntarios para el centro médico con experiencia en medicina y para el Hogar Nazaret gente que hable español y que se entregue a estos niños necesitados. Desde luego, también donaciones, ya que vivimos 100% de ellas para el convento y nuestros apostolados.

¿Qué es lo que hace que esta película sea tan especial y por qué cree que no deberíamos perdérnosla?

Me encanta cómo la película presenta la vida de los frailes de una manera muy sincera. No es como una película de acción que nos presenta como héroes, sino que muestra cómo es realmente la vida de los frailes.

Así que animo a todos a ir a ver la película e invitar a sus amigos a hacerlo también. De manera personal, quiero decirles a todas las personas que leen esta entrevista que voy a estar intercediendo y pidiendo a Dios por todos ustedes, para que se encuentren de nuevo con Jesús en las salas de cine. En la vida hay muchas cosas que nos pueden hacer sentir felices por un momento, pero la persona de Jesús es la única que nos da una paz verdadera y profunda, que nunca perderemos. Estaré pidiendo a Jesús que vaya por las ovejas perdidas, como tú y como yo, para encontrarnos y llevarnos de regreso a casa.

Sipnosis:

Roberto, alias «Touch», era solo un adolescente cuando comenzó a cometer sus primeros crímenes. Creció en la cárcel.

A Ryan, fue la heroína lo que llevó al robo y la violencia. Sus destinos y los de muchas otras personas están estrechamente relacionados con una zona de Nueva York: el del gueto de Newark. Pero lo que les une de verdad es una persona: el hermano franciscano François de quien se han hecho amigos.

Este joven ingeniero y artista lo dejó todo para hacerse fraile franciscano y vivir pobre entre los pobres en una de las zonas donde hay mayor índice de delincuencia, soledad y dolor de los Estados Unidos. Pero parece que algo empieza a cambiar. ¿La clave? El amor.

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*Próximamente un artículo profundizando en la increíble historia de conversión de Fray Juan David, igual de fascinante que la del hermano François.

 

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