Por Rebeca Reynaud
Hay que estar pendientes pues se está promoviendo un instrumento que se llama “tabla del Espíritu Santo” (Holy Spirit Board), que se supone que es una tabla de conversación religiosa, pero yendo a lo directo se puede afirmar que es adivinación, práctica prohibida por la Biblia. La tabla dice: “Comunícate directamente con Jesucristo”. Eso es verdad, hemos de comunicarnos directamente con Él, directamente, NO A TRAVÉS DE UNA TABLA. Tú trata de hablar con Dios en tu habitación, en la Iglesia, en el parque, y, tarde o temprano te responde. Sin embargo, Dios no actúa a través de tablas o por lecturas de cartas de juego.
Cuando la gente va a consultar con un brujo o usa la ouija, está pecando contra el primer mandamiento que es amar a Dios sobre todas las cosas, y manda no poner nuestra fe en otras cosas que no sean Dios mismo. Esa tabla es una ouija disfrazada. Trae muchas imágenes religiosas para engañar. Los chamanes también usan imágenes religiosas para darle confianza al católico.
Normalmente Dios no responde de modo inmediato. Con frecuencia pide constancia en la oración, escucha cuando se le piden favores acordes a su Voluntad, cuando pedimos cosas que convienen a nuestra salvación, pero no es un “mandadero” que responde nuestra petición imperativa. Dios es un misterio y responde de modo misterioso. En Él existimos, somos y nos movemos, dice San Pablo. Dios no siempre me responde como a mí me gustaría que lo hiciera, siempre me escucha y me mira con ternura, pero espera mi fe en Él, que crea sin ver.
Dios ha querido que vivamos en su misterio y que seamos conscientes de que Él lo puede todo, y nosotros, sin Él, nada podemos, somos impotentes ante muchos problemas y obstáculos. Sin embargo, el hombre de este tiempo no es paciente, desea respuestas instantáneas, y de eso se vale el enemigo para engañarlo.
Si la tabla se mueve sola, quien la mueve es el demonio, como sucede con la ouija. Dios es providente, vela por su creación. Jesús dice: “Busca el Reino de Dios y lo demás viene por añadidura”. El exorcista de la diócesis de Monterrey, N.L. explica muy bien esta táctica del demonio. El tablero es bonito, tiene letras y es un juego adivinatorio. Atenta contra el Primer Mandamiento. Usar esta tabla es buscar respuestas al margen de Dios, quien la usa va a terminar mal porque le abre la puerta al demonio.
Tenemos que advertir de esto a nuestros seres queridos y a nuestros conocidos. El Espíritu Santo habla a nuestros corazones, habla por los acontecimientos y lecturas, no a través de una tabla.
Cristo tenía tres ideas clave en su corazón: la salvación de las almas, la venida del Reino de Dios y hacer la voluntad de su Padre. Si nosotros tenemos estas tres ideas como propias, pondremos de nuestra parte para dar sana doctrina, es decir, para que la gente conozca el Catecismo de la Iglesia Católica, entre otras cosas.