Por Rebeca Reynaud
Santo Tomás de Aquino fue el mayor filósofo que ha existido, dice Peter Kreeft, y Santo Tomás afirma que Sócrates fue el mejor filósofo de la historia. Y se pregunta Santo Tomás en la Suma: ¿Por qué Jesucristo no escribió nada, lo mismo que Sócrates? Porque su testimonio de vida era tan perfecto que no necesitaban dejar nada escrito, ambos enseñaron de un modo tan sublime con su ejemplo personal, que no necesitaron escribir. Enseñaron la verdad viviéndola.
Sócrates enseñó tomando el ejemplo de personas concretas y reales para enseñar qué es la justicia, la belleza, la muerte o lo que sea. Luego buscaba una verdad universal y necesaria de lo que quería enseñar, buscaba su esencia inequívoca y la ponía en palabras. Después, el murió a causa de la defensa de la verdad. Fue condenado por el “crimen” de hablar de la verdad. Fue un mártir. Los tres modos de ser testigos de la verdad son: verla, decirla y morir por ella.
Sócrates era lo suficientemente sabio para aprender de los niños. La primera pregunta que hacen los niños es: ¿qué es? Cuando mi hijo tenía dos años – dice Peter Kreeft- supo que las cosas tenían nombre, y se movía por toda la casa preguntando: “qué es, qué es, qué es”, y apuntaba a objetos diversos. ¡Era un filósofo! Sócrates buscaba la definición de lo que las cosas eran. Cayó en la cuenta que esta empresa era mucho más compleja de lo que parece a primera vista. No buscaba palabras sino la esencia de las cosas, su esencia natural. Buscaba saber qué es el bien, qué es la amistad, qué es la justicia, qué es el arte, qué es la sabiduría, qué es la belleza y la muerte. Erasmo de Rotterdam rezaba: “San Sócrates, ruega por nosotros”.
Ante el aborto la principal pregunta es ¿qué es el aborto? porque sin esa definición no sabemos de qué estamos hablando. Tampoco se pregunta qué es el movimiento LGBT, ni qué es la sodomía o la actividad homosexual, porque son preguntas prohibidas por la propaganda, que prohíbe contestar a esas preguntas, o describir y dar testimonio de esa actividad sexual. Decir lo que se hace en el estilo de vida homosexual está prohibido, ¡hacerlo, no!, porque está calificado como un discurso de odio. Dar definiciones verdaderas es un crimen en este caso, y puede ser castigado por la ley o pueden hacer que pierdas tu trabajo. Vemos como las tres versiones de ser testigos de la verdad están relacionadas.
Tendremos que empezar por definir qué es ser testigo, porque aún no está penalizado, entonces tenemos la libertad de hacerlo. ¿Cuál es la esencia de ser testigo? En la cultura musulmana ser testigo cristiano merece la pena capital, en otras culturas la pena es menos severa.
Se es testigo de tres modos: de visu (de vista), de palabra y al entregar la vida (a través del sufrimiento o la muerte). Hay tres modos de ser testigos de la Verdad: viendo lo que hay allí en realidad, diciendo lo que viste y sufriendo por decirlo, incluso si eso conlleva el martirio.
Ser testigo es un verbo, y, a la vez, es un sustantivo. Ser un testigo se deriva de verbo testificar. Se trata de descubrir, declarar y a veces morir. El testigo es alguien que descubre algo con sus ojos, es testigo de visu; segundo, es el que dice de palabra de lo que ha sido testigo, posiblemente en el tribunal o en la religión, dos áreas de la vida. En griego la palabra significa “mártir”, es decir, aquel que muere por dar testimonio de una verdad. Morir por decir la verdad es el testimonio más completo de que, aquello que se sostiene, es verdad.
Hay asimismo tres clases de falsos testigos; el que afirma que vio lo que no vio (por mentir, por argucia o por engaño de sus sentidos). El que da falso testimonio por la palabra, miente (fraudes, estafas, etc.). Morir por una mentira como lo hacen los terroristas y suicidas es el testimonio falso mayor. En el primer caso el error y la verdad son pasivos o receptivos. Tu vista y tu mente reciben una información falsa o verdadera, pero en el segundo modo de ser testigo, a través de la palabra, el rol es activo. Veo un asesinato (pasivo), lo hablo (activo), es una decisión que hago, la de hablar o escribir y dar testimonio bajo juramento. Las mentiras no son sólo errores, son fruto de una decisión deliberada, es decir, no corresponde lo que dices con lo que piensas que es verdadero. Hay tres maneras de mentir: con la hipocresía, el pecado y la propaganda.
Ser testigo de vista y de palabra es fuerte es hablar de lo que se conoce. Jesús tiene muchas cosas que decir; confiamos en Él, le creemos. ¿Cómo fue que en los primeros 200 años de cristianismo la fe encendió gran parte del mundo? Porque las palabras de los primeros cristianos y sus vidas hablaban de lo mismo y daban fe de su verdad hasta con la muerte. Lo más hermoso que existe es el Crucificado y la Eucaristía. Nos toca ser testigos de la Resurrección a través de la palabra y los sacramentos. Vemos su presencia real en la Eucaristía. Nos toca ser testigos y evangelizadores.
Peter Kreeft concluye así: La Iglesia es una cadena histórica de testigos, y ahora nos corresponde confesar nuestra fe con nuestra vida.
¿Quién es Dios? Dios es Amor. El amor es lo que nos une a Él y a los demás. La gente busca a Dios y nos mira. Somos los principales argumentos a favor o en contra del Señor. Dios usa a los grandes santos, pero también a la gente menuda. La misión de Cristo es la Cruz, y eso nos asusta, porque hemos de llevar la Cruz, pero Jesús nos ayuda a llevarla. Es una buena noticia. Jesús transforma nuestros sufrimientos de modo que ahora son de Él, son redentores. El amor que sufre es la mayor fuerza del universo, es nuestra misión. Nuestro principal argumento es el amor, es ser testigos, es salvar a través del amor. Pascal dice que el corazón tiene razones que la razón no conoce. Morir es un modo de sufrir. No hay Cristo sin la Cruz. Hay muchas cruces sin Cristo. Cristo nos invita a amar y a sufrir. El único modo de evitar el sufrimiento es no amar, y evitar amar es el mayor sufrimiento.
El hombre lleno de vida natural y sobrenatural es lo que él debe ser, en las crisis y en la bonanza le brillan los ojos, como a Madre Teresa. C.S. Lewis dice que el hombre humilde no lo parece a primera vista, lo que muestra es una gran alegría y un gran interés por ti y por tus cosas. El amor divino es más fuerte que la muerte.
FUENTE: Teach the truth by living it. Peter Kreeft. https://youtu.be/eN-vGDN0j2k