Por P. Fernando Pascual
Un bulo surge de modo espontáneo o desde estrategias de grupos de poder, desde imaginaciones calenturientas o desde mentes frías y calculadoras.
En ocasiones, surgen bulos contra bulos. Unos inventan que la bomba provocó cientos de muertos. Otros sostienen que las víctimas no superan el número de cincuenta. Y los dos grupos mienten…
Notamos que hay bulos de una parte y de otra. Incluso las autoridades lanzan bulos para contrarrestar los bulos que puedan venir de los “adversarios”…
Por desgracia, los medios de comunicación “tradicionales” no siempre controlan las “noticias” que les llegan, y difunden acríticamente bulos. Incluso, en ocasiones, los inventan según sus intereses…
Las redes sociales, con su enorme espacio de libertad, pueden denunciar bulos de unos y de otros. Pero también pueden difundirlos, o llegar a inventar nuevos bulos que creen más confusión en un mundo ya oscurecido por tantas mentiras.
Quienes dicen dedicarse a denunciar bulos y a frenar la desinformación, no siempre actúan limpiamente. A veces, porque declaran como bulo lo que es verdad. A veces, porque buscan detener un bulo inventando otro bulo…
¿Hay algún modo de evitar tantos bulos? ¿Es posible superar las tinieblas de mentiras que nos rodean? Incluso, si vamos más a fondo, ¿podemos salir de las desinformaciones y crear una cultura de la verdad?
Quizá el panorama puede llevarnos a una respuesta negativa: los bulos seguirán siempre a nuestro lado; en ocasiones, sin darnos cuenta, nos convertiremos en sus divulgadores…
Lo que toda persona de buena voluntad puede hacer es pensar antes de difundir una “noticia”, esperar que pase algo de tiempo, y nunca reenviar cualquier “información” que no indique, al menos, quién la ofrece (con nombres y apellidos), la fecha y los lugares concretos a los que se refiere.
Quizá este control parezca insuficiente. Pero al menos es un primer paso para estar atentos a lo que nos llega, y para mantener nuestra mente libre de engaños y más disponible a acoger la verdad cuando se abra paso en medio de tantos bulos de unos y de otros…
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