Por José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista
Reflexión homilética 12 de enero de 2025
La mejor introducción para este día la tomamos del prefacio:
«En el bautismo de Cristo en el Jordán has realizado signos prodigiosos para manifestar el misterio del nuevo bautismo, hiciste descender tu voz desde el cielo para que el mundo creyese que tu palabra habitaba entre nosotros y por medio del Espíritu, manifestado en forma de paloma, ungiste a tu siervo Jesús».
Isaías
Nos presenta al Siervo de Yavé: «Mirad a mi siervo a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero, sobre él he puesto mi Espíritu para que traiga el derecho a las naciones…
Yo te he puesto como alianza de un pueblo, luz de las naciones para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión…».
Estas palabras se las aplicará Jesús cuando vaya a Nazaret y se presente ante su propio pueblo como Mesías.
Salmo responsorial 28
Se trata de un himno que alaba la grandeza infinita de Dios y está por encima de las tormentas que suceden en el mundo. Frente a todo esto la gran invitación a la alabanza:
«Hijos de Dios aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante Él en el atrio sagrado».
Esta alabanza se debe al Señor porque es «Rey eterno. Él da fuerza a su pueblo y lo bendice con la paz abundante».
San Juan
Nos da esta preciosa lección: «Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios y todo el que ama a Dios, que da el ser, ama también al que ha nacido de Él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardamos sus mandamientos».
Buena lección la del apóstol para encaminarnos hacia Dios. Cumpliendo los mandamientos por amor servimos a Dios y lo manifestamos amando al prójimo.
Verso aleluyático
Refiriéndose al momento en el que el precursor vio a Jesús entre la multitud nos invita a la alabanza diciendo: «Este el cordero de Dios que quita el pecado del mundo».
Estas palabras las repetirá la liturgia durante la Santa Misa, a la hora de comulgar.
Evangelio
El Evangelio del ciclo C nos invita a profundizar en las distintas clases de bautismo.
En efecto, es muy antiguo el rito de bautizar al que está arrepentido de sus pecados, sea de la religión que sea. El mismo Juan nos dice: «Yo os bautizo con agua»; y el mismo Juan es quien marca la diferencia entre el bautismo que él hace y el que va a instaurar Jesús:
«Viene el que puede más que yo y no merezco desatarle la correa de su sandalia. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
El evangelista dice, a continuación, que en un bautismo general Jesús también se bautizó como uno de tantos: «Y mientras oraba se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre Él en forma de paloma y vino una voz del cielo: “tú eres mi Hijo el amado, el predilecto”».
De esta manera, el bautista nos hace la diferencia grande entre el bautismo de penitencia que él realizaba y el bautismo que inaugurará Jesús como el primero y más importante de los Sacramentos.
Los invito a todos ustedes, amigos, a recordar y renovar su propio bautismo y dar gracias a Dios ya que por medio de Él han recibido la vida divina. Si perseveramos en ella tenemos asegurada la salvación eterna.