Por Rebeca Reynaud

El doctor Mario Alonso Puig opina que la fe es un sentimiento de certeza. Voy a actuar de acuerdo a lo que siento. Cuando una persona quiere cambiar algo debe creer que es posible. Mucha gente quiere creer, pero pocos creen de verdad. La esperanza no quiere decir que uno hipoteque el presente en base al futuro. La esperanza es el convencimiento que tenemos que vivir hoy plenamente, pero que lo mejor está por llegar. Se daña a una persona cuando se le hace creer que no tiene futuro.

Cuando hay crisis, a veces no encontramos respuestas ante situaciones que no entendemos. Hay que tratar de entender la raíz de los conflictos. ¿Qué genera la violencia? Demasiada ¿Qué genera la violencia? demasiada televisión, los videojuegos, la pornografía y el ejemplo, entre otros. Reflexionar sobre el modo como percibimos la realidad. Damos trompicones al buscar caminos con más sentido.

Ser feliz no coincide con lo que el mundo considera tener éxito, porque gente de éxito a veces se siente vacío. Ser feliz no implica tener muchas cosas sino ver que vale la pena vivir. La felicidad está conectada con la capacidad de amar de una persona: de amarse a sí mismo, a otros y al mundo. Estamos en una situación en que la conciencia despierta. Ante una noche oscura hay la esperanza de un nuevo amanecer.

Lo mental tiene una dimensión física, así como lo físico tiene una dimensión espiritual. Hay que hacer ejercicio porque estar pasivos nos hace daño. Lo que sucede dentro de nosotros tiene un impacto en el mundo exterior. Mis condiciones internas son las que impactan en el exterior, por eso hay que estar siempre de buen humor. No somos efecto de las cosas que suceden sino somos causa de muchas cosas buenas y nobles.

La juventud está desorientada y desanimada. Necesitan creer que, aunque son jóvenes, puede tomar las riendas de su futuro. Hay que ver qué tipo de ejemplo damos. Hay necesidad de ser escuchado, de hablar, la incomunicación se quiere solapar con las redes sociales. El padre ha de hablar con sus hijos, la madre lo mismo. ¿Qué mensajes puedo mandar que puedan iluminar a los demás? Escucho el dolor y el anhelo de las personas, entonces lanzo una respuesta que pueda ayudar.

Mario Alonso Puig afirma que, cuanto más se aleje una sociedad del ser y se acerque al tener, más sola se va a sentir. Valorar a la persona por lo que es, no por lo que tiene. Todos tenemos cosas diferentes, pero al nivel del ser no hay quien sea más o menos que yo o que tú.

Una de las experiencias más profundas que podemos tener son en momentos de quietud. Escuchar un concierto de Mozart o de Chopin nos ayuda, ilumina. El ruido mental nos hace daño, necesitamos espacios de meditación y silencio. Esos espacios nos ayudan a evitar la ansiedad y a encontrar soluciones que se buscaban. El ruido mental no es lo natural, es lo artificial. Nos bloquea, cuando lo quitamos vemos un mundo más atractivo. Hay una enorme deshumanización de la sociedad, hay que mirarnos con ternura. Hay que ver el universo como algo ordenado y que tiene sentido. Cuando le damos más importancia al ser que al tener, quitamos muchos problemas. Entonces hemos de tener fe en Dios, en los demás y en uno mismo.

La fe es encontrar un Tú que me sostiene, dice Benedicto XVI, el Dios en el que creo, me regala la promesa de un Tú indestructible. La fe que el Señor espera de mí no es la confianza en la buena marcha de las cosas. Es la seguridad de que, vayan éstas como vayan, Dios se servirá de ellas en mi favor, y en favor de quienes me rodean. Dios espera que me fíe de él, y que por eso ponga de mi parte para que las cosas vayan bien.

San Agustín le pedía a Dios, origen de todos los bienes, que le acrecentase la fe. Le pedía que no permitiera que le negara con los desvaríos de su vida, ni le ofendiere con la negligencia o la tibieza de su alma. Y llama a la fe “dulzura y gozo del alma”. Cuando la fe se pierde también se pierde la verdadera comprensión de los acontecimientos humanos.

 


 

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