Cuarenta niños mexicanos de «San Joselito Sánchez del Río» tocaron para el Papa Francisco durante la audiencia general del miércoles 29 de enero. Procedían de Nogales, Sonora, a diez minutos de la frontera con Estados Unidos, donde la pobreza y la violencia constituyen el «contexto natural» en el que los niños se ven obligados a crecer

Por Fabrizio Peloni – Vatican News

“Sólo la música podía permitir que se liberara la tensión acumulada en la espera de actuar ante el Papa. ¡Tocar juntos es su esperanza!”

Lo afirmó el padre Edgardo Gámez Urquijo, quien se autodenomina sacerdote de frontera, al relatar el ánimo de los cuarenta niños y chicos mexicanos de la orquesta San Joselito Sánchez del Río que asistieron ayer a la audiencia general y durante la cual tocaron para el Papa Francisco.

El grupo musical nació hace dos años en la parroquia de San José Sánchez del Río, en Nogales, Sonora, una localidad mexicana a diez minutos de la frontera con Estados Unidos, donde la pobreza y la violencia suelen ser el «contexto natural» en el que los niños se ven obligados a crecer», explicó el sacerdote.

Añadió, sin embargo, que «desde hace dos años existe esta orquesta, que para ellos – muy jóvenes de 7 a 21 años – constituye la verdadera esperanza para escapar de la desintegración y la adversidad social del entorno en que viven. La mayoría de ellos pasan mucho tiempo sin sus padres, debido a los largos turnos en las fábricas, por lo que esas dos horas diarias tocando juntos ayudan mucho, infundiendo esperanza en sus almas, tan marcadas y heridas».

El sacerdote espera que la música «inspire a estos jóvenes a construir un mundo en el que la justicia y la solidaridad sean los valores al servicio de la humanidad». Para que todos los miembros del conjunto pudieran viajar, en los últimos meses se había puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos. Y esta mañana, el sueño de los jóvenes mexicanos de actuar ante el Papa se ha hecho realidad.

 


 

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