Estamos por comenzar el Triduo Pascual, el corazón del Año Litúrgico, donde la Iglesia entera contempla, en silencio y adoración, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
En su Mensaje para la Cuaresma 2025, el Papa Francisco nos alienta a que “Caminemos juntos en la esperanza”, al tiempo que nos anima al ayuno, que prepara el terreno; a la oración, que lo riega y a la caridad, que fecunda. Con este espíritu, te invitamos a vivir con intensidad estos días santos.
Cada día nos invita a vivir una gracia particular:
Jueves Santo
Celebramos el don de la Eucaristía y del Sacerdocio. Jesús, en la Última Cena, se entrega como Pan de Vida y nos deja el mandamiento del amor fraterno. Es un día para agradecer, para servir y para acompañar al Señor en la oración, como en el Huerto de Getsemaní.
Viernes Santo
Nos unimos al sufrimiento redentor de Cristo. Es un día de ayuno, de recogimiento y contemplación. A través del Vía Crucis, recordamos cada paso de Jesús hacia el Calvario, y nos recuerda el gran amor que Dios tiene por nosotros, porque envió a su propio Hijo para morir en la cruz por nuestros pecados y dar su entrega total por amor a la humanidad. Es también un momento para unirnos al dolor de tantos hermanos que hoy siguen sufriendo por causa de su fe.
Sábado Santo
El día del gran silencio. Acompañamos a la Virgen en su dolor, pero también en su esperanza. Es un día de espera confiada, de preparación interior para la alegría de la Resurrección.
Domingo de Pascua
¡Cristo ha resucitado! La tumba está vacía y la vida ha vencido a la muerte. Celebramos con gozo la victoria del amor, y con Él, renacemos a una vida nueva. La Pascua es el corazón de nuestra fe, y nos impulsa a ser testigos de la alegría que transforma el mundo.
Te invitamos a vivir estos días en oración y a descargar nuestro Vía Crucis especial por los cristianos perseguidos, para rezarlo especialmente el Viernes Santo, en familia o en comunidad. Cada estación es una meditación no solo sobre el camino de Jesús, sino sobre el dolor y la esperanza de tantos hermanos nuestros que hoy siguen cargando la cruz con Él.
Te invitamos a ofrecer una Misa en honor a la Virgen Dolorosa durante esta Semana Santa. Es un acto de amor que une tu corazón al de María y al de tantos que hoy sufren por causa de su fe. Que María te abrace, te sostenga y te conduzca siempre al Corazón de su Hijo.
Con fe y esperanza,
Julieta Appendini Morán
Director de Ayuda a la Iglesia Necesitada México