Por P. Fernando Pascual
La historia presenta hechos inmodificables: un ejército venció una batalla, un partido se impuso en las elecciones, unos especuladores provocaron una crisis en los bancos.
Pero ante los hechos inmodificables podemos preguntarnos: ¿qué habría ocurrido si las decisiones y los resultados hubieran sido diferentes?
Pensemos lo que habría sido la historia humana si Alejandro Magno no hubiera cruzado el Ganges, o si Julio César no hubiera sido asesinado, o si Hitler hubiera caído muerto en el choque entre manifestantes y policías durante el intento de golpe de Estado de Múnich (1923).
Las respuestas ante esta serie de hipótesis podrían ser infinitas: unos defienden que las cosas hubieran sido mejor, otros que habrían empeorado, y otros no tienen claro qué escenarios se habrían producido con un Julio César más longevo o con un Hitler desaparecido del escenario público en 1923.
Lo que notamos, al elaborar estas hipótesis, es la contingencia casi misteriosa de la historia humana, que ha sido fijada en una cierta trayectoria cuando, en realidad, podría haber seguido alternativas muy diferentes.
Surgen entonces nuevas preguntas: ¿por qué los acontecimientos fueron estos cuando podrían haber sido otros? ¿Estaba todo “escrito” o existe un azar misterioso que nos sorprende con los resultados?
Puede causarnos cierta rabia constatar que habría sido tan fácil evitar una guerra, prevenir una catástrofe, promover la justicia y el respeto de los más necesitados, adoptar mejores medidas ante una sequía o una epidemia.
La historia sigue ahí, ante nosotros, con su cúmulo de hechos inmodificables, con sus alternativas frustradas y sus decisiones misteriosas y contingentes, pero fijadas para siempre.
En el flujo del tiempo, las decisiones del pasado dejan surcos y abren perspectivas que llegan a las siguientes generaciones, con consecuencias dañinas o, gracias a Dios, con beneficios que tanto alivian el presente.
También nosotros somos herederos de lo ocurrido hasta ahora. Acogemos entre nuestras manos, con responsabilidad, una historia recibida, para luego tomar decisiones que, esperamos, sean buenas para nosotros y para las generaciones futuras…