En entrevista con Associated Press y ABC News confiesan que, de pequeño, cuando jugaban a policías y ladrones, él prefería interpretar a un cura

Por Rodrigo Moreno Quicios – Alfa&Omega

«Mi nombre es John Prevost, soy el hermano del nuevo Papa, el Papa León XIV». Así comienza el vídeo que Associated Press ha distribuido y del que varios periódicos como El Mundo ya se han hecho eco. «Todos los canales del país han estado aquí», añade desde su casa. En la pieza, el hermano mediano del recién electo Pontífice —que es el menor de tres— cuenta algunos secretos familiares.

Por ejemplo, cuando León XIV estaba en primero de Primaria, «una de las vecinas al otro lado de la calle le dijo: “Serás el primer Papa estadounidense”». 63 años después, el profético chiste de aquella mujer se ha demostrado cierto. «Ella lo intuía desde que él tenía seis años, ¿cómo lo sabía?», se pregunta su hermano mediano.

En la grabación, John Prevost opina que León XIV «será el segundo Papa Francisco». «Se preocupa mucho por la difícil situación de los pobres, los oprimidos, las personas sin voz, así que creo que veremos acciones por ellos», pronostica. Lo que también explicaría que el hasta ahora prefecto del Dicasterio para los Obispos haya elegido como nombre el siguiente a León XIII, autor de la encíclica Rerum novarum y principal impulsor de la doctrina social de la Iglesia.

Le llamaban «el santo» por no pelearse

Por su parte, Louis Prevost, el mayor de los tres, ha sido entrevistado por ABC News. Arranca el vídeo confesando que, cuando el cardenal Dominique Mamberti anunció el nombre de su hermano desde la logia central de la basílica de San Pedro, «si no hubiera estado en la cama me habría caído». En vez de eso, nada más conocer la noticia, se incorporó de un salto y empezó a «bailar como un idiota» por lo contento que estaba.

El primogénito ha valorado la elección de su hermano como «totalmente inesperada» porque es estadounidense y joven pero, con la decisión ya tomada, considera que quizá se deba a que «tiene mucha experiencia por todo el mundo».

Louis Prevost confiesa que «cuando éramos pequeños solía pegarme mucho con mis hermanos pequeños». Y Robert era, de algún modo, «el santo» por lo bien que se portaba. «Solíamos chincharle diciendo: “Vas a ser el Papa”». También, cuando jugaban a policías y ladrones, él prefería interpretar a un sacerdote. Después, ya adulto, entró en el seminario. «Y cuando hace un par de años Francisco le hizo cardenal, nos dijimos: “Esto podría suceder”».

 


 

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