Por P. Eduardo Hayen Cuarón

La creación del cuerpo

1.- Un viaje que nos lleva a Jesús
Vamos emprendiendo un largo viaje, una aventura. El signo que nos guiará hacia el encuentro con el Señor, así como la estrella guió a los reyes magos hacia Belén, para nosotros será el cuerpo, y nos conducirá al gran Misterio de Cristo. Seguir a Jesús es una gran aventura llena de experiencias externas e internas.

2.- Jesús habla únicamente de dos géneros
Mientras que el mundo dice que hay muchos géneros, Jesucristo dice que “en el principio” Dios los hizo hombre y mujer para unirse en una sola carne. Nuestro mundo, deformado por el pecado, habla hoy de un sinnúmero de géneros mientras que, en realidad, la palabra “género” significa “hacer nacer”, engendrar. Cristo devuelve al género su significado original: los hizo varón y mujer.

3.- Jesús viene a restaurar nuestras vidas
Aunque nacimos en el pecado, Cristo no acepta nuestra humanidad caída como algo normal, sino que viene a restaurar la creación a la pureza de sus orígenes. Aunque todos nacimos “con las llantas ponchadas” por el pecado, no nos acostumbremos a conducir de esa manera nuestras vidas. Cristo ha venido “a inflarnos las llantas”.

4.- Las experiencias originales de Adán y Eva
No sabemos cómo Adán y Eva vivieron la experiencia de su sexualidad antes del pecado. Sin embargo existen “ecos” de esa experiencia dentro de nosotros: la soledad original, la unidad original y la desnudez original. Hay que descubrir esos “ecos” dentro de nosotros.

5.- La soledad original: superioridad del hombre

La soledad original significa que el hombre se descubre distinto de los animales; tiene la libertad para hacer una alianza, primero con Dios y después con otra persona. Adán le pone nombre a los animales y gracias a ello Adán se descubre como un “yo” que tiene vida interior, lo que indica su superioridad sobre el resto de la creación. El hombre fue dotado de libertad, y su libertad es para amar. Esta relación de amor con Dios es lo que define la soledad original del hombre. Probando el amor de Dios, el hombre anhela compartir una alianza de amor con otra persona como él.

6.- La unidad original: el hombre llamado a hacer alianza
La unidad original significa que el hombre descubre en la mujer –y viceversa– un llamado a hacer una alianza. Por esta unidad con su pareja, el hombre supera su soledad personal. Mientras que los animales viven su vida sexual “copulando”, los seres humanos están llamados a superar sus instintos y a vivir su sexualidad amando libremente como personas creadas a imagen de Dios. El sexo es, entonces, una realidad no sólo biológica sino teológica.

7.- El hombre y la mujer, unidos, son imagen de Dios
El hombre y la mujer se encuentran para construir una comunión de personas a imagen de la comunión de las tres divinas Personas de la Trinidad. El sexo no sólo son cuerpos que se unen sino que es comunión de personas. Entregándose, el hombre y la mujer hacen visible en la tierra la comunión invisible de las tres Personas divinas. San Juan Pablo II, con esta idea, hace dar un salto al pensamiento cristiano: el hombre no sólo es imagen de Dios por su ser espiritual y racional, sino por la comunión de personas.

8.- La desnudez original: la mirada interior
La desnudez original significa que en el “principio” –antes del pecado original– no había vergüenza por la desnudez de los cuerpos. Adán y Eva tenían una “mirada interior” de uno hacia el otro para amar como Dios ama. Ellos veían el plan de Dios inscrito en sus cuerpos; tenían la fuerza para amarse como Dios ama. Eran capaces de ser regalo el uno para el otro… hasta que vino el pecado y entró la lujuria. De esa manera nació la mentalidad de que el sexo es algo sucio.

9.- El significado esponsal del cuerpo
El cuerpo tiene una fuerza especial para expresar el amor en entrega total. Es lo que llamamos el “significado esponsal del cuerpo”. El ser un don para el otro llena de sentido la vida. Descubrimos quiénes somos cuando aprendemos a amar como Dios ama: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12). ¿Y cómo nos ama Cristo?: “Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros” (Lc 22,19). Expresamos la realidad del amor en el cuerpo. Este misterio está inscrito en nuestros cuerpos, en nuestros sistemas reproductores que son complementarios. “Sed fecundos y multiplicaos” (Gen 1,28) no sólo es un mandato sino un llamado de Dios para amar a su imagen y semejanza, y así llenar de sentido nuestra existencia.

10.- Dos vocaciones: matrimonio y celibato por el Reino
Dios llama a unos al matrimonio y a la procreación. A otros Dios los llama al celibato por el Reino de los Cielos. Cualquiera de las dos vocaciones se vive con el significado esponsal del cuerpo. Toda vocación es un llamado a participar en el amor de Dios y a compartirlo con los demás. Si tenemos pureza en el corazón podremos descubrirlo como algo inscrito en nuestro cuerpo y en nuestra sexualidad. Y aunque el significado esponsal de nuestros cuerpos sufra muchas distorsiones, siempre estará en lo más profundo de nuestro ser como signo de la imagen de Dios.

 

Publicado en blogdelpadrehayen.blogspot.com

Imagen de M Ameen en Pixabay


 

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