Por P. Fernando Pascual

El jueves 8 de mayo de 2025 era elegido el nuevo Sucesor de Pedro: León XIV. El cardenal Robert Francis Prevost, nacido en Estados Unidos, era agustino, y había servido a la Iglesia en diversos lugares, entre otros como obispo de Chiclayo. Antes de ser elegido Papa, había sido presidente del Dicasterio para los obispos.

En sus primeras palabras como obispo de Roma, desde la solemne fachada de la Basílica de San Pedro, el nuevo Papa se puso en manos de Dios:

“Todos estamos en manos de Dios. Por eso, sin miedo, unidos mano con mano con Dios y unos de otros, vamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad le necesita como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor. Ayudadnos también vosotros, y luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz”.

Al día siguiente (viernes 9 de mayo) presidió una concelebración con los cardenales en la Capilla Sixtina. Entre las ideas que expuso en un momento tan solemne, recordó cómo “la falta de fe a menudo lleva consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad”.

De ahí surge la idea de la misión. León XIV lo subrayó con fuerza en la homilía apenas citada: “Este es el mundo que nos ha sido confiado, y en el que, como enseñó muchas veces el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador. Por esto, también para nosotros, es esencial repetir: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo (Mt 16,16)”.

Los hombres necesitamos recuperar en Cristo el sentido de la vida. Si le damos un sí, desde la fe y el amor, será posible ese gran milagro que nos haga confesar, con las palabras y con la vida, que Jesús es nuestro Mesías, el Salvador y la esperanza para todos los seres humanos.

 
Imagen de Helmut H. Kroiss en Pixabay


 

Por favor, síguenos y comparte: