En este espacio los colaboradores de El Observador de la Actualidad compartimos la experiencia de ser parte de este medio católico, que se ha encargado de difundir la fe y la cultura por 30 años:

En una época en la que no le daban oportunidad a mayores de 40 años, El Observador me abrió las puertas para poder volver a trabajar después de siete años de no ejercer mi profesión. Laborar medio día me permitió estar al pendiente de mis hijos, y por ello me siento muy agradecida con Dios, primeramente, y después con Maite Urquiza y Jaime Septién, directores del periódico.

El convivir durante 25 años con personas que viven con Dios en el centro, me ha permitido caminar en esa línea sin olvidar los valores morales que me inculcaron mis padres y que, yo y mi esposo, hemos inculcado a nuestros hijos, que son un regalo de Dios.

Gracias por esta maravillosa oportunidad de caminar juntos.

María del Carmen Velasco Zamudio

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He trabajado durante casi 28 años en El Observador, más de la mitad de mi vida ha sido acompañada por más de 1500 ediciones, pero también de encuentros muy gratos, de encuentros con cientos de personas que son parte directa e indirectamente con El Observador.

Toda mi gratitud a Nuestro Señor Jesucristo, pues me ha permitido conocer y compartir el precioso regalo de ser parte de esta obra del periodismo católico con personas de todo el pueblo de Dios.

 En mi caminar por El Observador llevo en mi corazón maravillosas amistades que se han creado con el paso de los años, y que allí permanecen como la mejor bendición de Dios y de la labor de este medio de comunicación.

Rogelio Hernández Murillo

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Para mí, El Observador de la Actualidad es ese pequeño grano de mostaza que, con fe y compromiso, resuena con grandes voces y edifica una Iglesia viva y actuante.

Este medio ha dado sentido a mi vocación profesional. Unirme a su equipo ha sido una verdadera bendición, una forma de seguir luchando por Dios en medio del mundo.

Felicidades a cada persona que lo hace posible. Que vengan muchos años más para este gran medio católico mexicano.

Miriam Apolinar

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Nuestro semanario católico conmemora 30 años al servicio de la comunidad católica y no me queda más que agradecer a Dios por haberme puesto en el camino de los fundadores. Gracias por permitirme desarrollar y comenzar mi vida laboral. Tengo miles de recuerdos en estos 23 años y no lo puedo creer, porque estos años han pasado en un suspiro y es un sueño decir que los he vivido.

Ha sido una experiencia y una etapa de la cual no me arrepiento porque, sin este trabajo, tal vez yo no sería la persona que soy ahora. Sin este trabajo, no hubiera aprendido y puesto en práctica mis estudios.

Agustín Morales Cabello

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Mirar hacia el interior del equipo que día a día realiza la misión de este medio de comunicación, es también mirar cada uno de los esfuerzos, sueños, metas y esperanzas para contribuir a una sociedad mediática, siempre con apego a la verdad, brindando esperanza con los contenidos que no existen en otros medios y que, con una serena, pero profunda creencia, seguimos fortaleciendo los valores en nuestros lectores. En 30 años la tarea a veces ha ido cuesta abajo, pero nunca hemos estados solos, tampoco hemos enfrentado el temor de la censura o el riesgo del rigor periodístico. Estos quizá han sido los regalos más grandes: saber que somos libres en nuestra fe y en nuestro quehacer. Picar la piedra y dejar huella, es el gran legado.

Mary Velázquez Dorantes

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Doy gracias a Dios por permitirme estar en el 30 aniversario de El Observador. Para mí ha sido muy bonito conocer a varios suscriptores, quienes hablan muy bien de trabajo que realizamos.

Gracias por darme la oportunidad de formar parte de esta gran familia. Dios siga bendiciendo al periódico El Observador para seguir adelante por muchos años más.

Teresita Solano

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En estos 15 años, El Observador ha sido para mí un mundo de posibilidades. Tuve la fortuna de llegar a este espacio de ideas y creatividad que me ha regalado la posibilidad de desarrollarme como profesionista, como madre, como esposa, colega y amiga.

No ha sido una tarea sencilla, pero, con el favor de Dios, este medio continúa marcando diferencia con sus autores, contenido y diseño editorial en una época donde se valora poco la lectura profunda.

Me da gusto ser parte de un periódico que nunca se ha quedado atrás, que enfrenta los desafíos digitales anteponiendo sus principios para poder comunicar como lo pide Cristo y no como el mundo lo quiere.

Rubicela Muñiz

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de julio de 2025 No. 1567

 


 

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