El ataque a la Iglesia de la Sagrada familia, ayer 17 de julio, dejó hasta el momento un saldo de al menos dos muertos, varios heridos graves y la iglesia seriamente dañada según el reporte del Patriarcado Latino de Jerusalén. Entre los heridos se encuentra el Padre Gabriel Romanelli, párroco de la comunidad, que ha sido un faro de esperanza para cientos de cristianos atrapados por la guerra y que muchos de nuestros benefactores ya conocen.

A pesar de las terribles circunstancias después del bombardero de la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, el P. Romanelli hizo hincapié en la importancia de la oración y la solidaridad: «Les pedimos que sigan ayudándonos: que recen mucho y que animen a otros a rezar. Para buscar la paz y la justicia por todos los medios, y también para echar una mano a esta pobre gente. Que la Virgen nos dé fuerzas para sembrar la paz y un poco de esperanza en esta gente, y que esto acabe cuanto antes».

En este momento crítico, te pedimos un gesto de fe y de compasión: Ofrece una Misa por la Paz en Tierra Santa, por el descanso eterno de las víctimas, por la recuperación de los heridos, y por el fin de la violencia.

Desde hace más de un año, más de 500 personas, incluidos ancianos, niños y enfermos,se han refugiado en el complejo parroquial. Este lugar no solo ha sido su último hogar, sino también su escuela, su hospital, su templo y su única fuente de consuelo espiritual. Allí, cada día se celebra la Santa Misa, se reza el Rosario, se alimenta al hambriento y se atiende a los enfermos. Hoy, esa luz ha sido golpeada por el fuego.

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.” (Mt 5,4)

En un telegrama oficial, el Papa León XIV ha expresado su profunda tristeza y su cercanía espiritual con la comunidad cristiana de Gaza, pidiendo urgentemente un alto al fuego inmediato y una paz duradera para la región.

Hoy puedes dar una mano para apoyar al Padre Gabriel y su comunidad, que lo han perdido todo, pero siguen confiando en la Providencia de Dios. Ofrece una Misa por la Paz en Tierra Santa, tu oración puede sanar heridas y llevar consuelo donde más se necesita. Tierra Santa te necesita y hoy, tú puedes responder a ese llamado.

Unidos en la Misión,

Julieta Apendini

Directora Ayuda a la Iglesia Necesitada México

 


 

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