La hermana Ofélia se despertó esa noche con el sonido de cristales rotos. Era el 8 de junio. Dieciocho hombres armados irrumpieron en la casa de misión de las Hermanas Mercedarias en Mozambique. Llevaban machetes, armas y barras de hierro. No solo buscaban robar: querían sembrar terror. En pocos minutos, las hermanas lo perdieron todo: teléfonos, computadoras, dinero. Pero lo más duro vino después.
“Nos ordenaron arrodillarnos en la capilla. Uno de ellos levantó el machete sobre la cabeza de la hermana Esperanza. Les supliqué que nos dejaran con vida”, recuerda la hermana Ofélia.
Milagrosamente, las dejaron marchar. Corrieron a buscar a las 30 niñas que protegían. Estaban vivas, escondidas… pero llenas de miedo, como ellas. Desde 2017, la provincia de Cabo Delgado vive bajo el terror de una insurgencia islamista. Iglesias quemadas. Sacerdotes asesinados. Misiones arrasadas. Y en medio de todo esto, ellas siguen ahí. Con miedo, pero también con fe.
Hoy, las hermanas Mercedarias no piden comida ni refugio. Solo piden seguridad para poder quedarse y cuidar de las niñas:
✔ Mosquiteras para las 70 ventanas del campus
✔ Cámaras de vigilancia
✔ Una alarma que les dé segundos para reaccionar en caso de ataque
Nada de esto es posible sin tu ayuda y gracias a personas como tú, ACN ha estado al lado de los cristianos en Mozambique durante años. Pero ahora, más que nunca, necesitan de ti. Ellas no están solas, si tu estás con ellas y nosotros, desde ACN, somos el puente que une tu generosidad con su coraje.
