Por Mary Velázquez Dorantes

Para el 24 de abril, tres días después de la muerte del Papa Francisco, el Vaticano ya tenía acreditados a 3 mil periodistas de distintas partes del mundo para cubrir este momento histórico de la Iglesia. Y para el momento del Cónclave, el número se elevó a 7 mil.  En este grupo se encontraba 

Eva Fernández, mejor conocida como Eva en la Radio, una periodista que cubre los sucesos que ocurren tanto en Italia como en el Vaticano. Es corresponsal de la Cadena COPE y de la Santa Sede desde el 2016. 

– Eva, ¿cómo has vivido la experiencia de ser corresponsal?

Creo que la mejor expresión para describir esta profesión es que la vida de un corresponsal es de sobresaltos. Durante el pontificado del Papa Francisco, casi siempre, de forma inesperada, sonaba el teléfono, recibías mensajes y alertas en redes sociales. Te ponías en acción desde la madrugada. El Papa Francisco nos hizo amar la profesión y la tarea de comunicar; nos enseñó a desear informar con verdad. Personalmente, me enseñó a mirar y leer con profundidad los documentos que se producen en el Vaticano, pero además me enseñó la capacidad de asombrarse con ellos.

¿Cómo es el día a día de un corresponsal del Vaticano?

Nunca hay días festivos, estamos siempre en medio de la información, ya sea en una rueda de prensa o en una declaración oficial. Cada día en Roma es un privilegio y un aprendizaje continuo, es un trabajo apasionante que te hace vibrar con todo lo que ocurre en el Vaticano. Durante estos años de trabajo he descubierto que la información vaticana, el tiempo y la veteranía te ayudan sin duda a ponderar la información y a contrastarla.

– Desde la radio, ¿cuáles han sido los principales retos?

Es importante decir que somos miles de periodistas acreditados. La figura del Papa Francisco y ahora el Papa León XIV, son figuras en un momento determinando muy mediático. Es difícil trabajar como corresponsal sin sentir pasión por tu trabajo, cada día está lleno de obstáculos porque no siempre consigues que te hablen los protagonistas y en la radio es fundamental la voz de ese protagonista porque somos cien por ciento sonidos. Quizás este es el principal reto que sigo viviendo.

¿Qué aprendiste del Papa Francisco?

Hay algo muy importante que nos dejó a todos los comunicadores, y eso fue trabajar la información de forma positiva, rigurosa y siempre esperanzadora. En la Jornada Mundial de la Comunicación nos recordó algo fundamental: todos los que nos dedicamos a esto debemos respirar la verdad de las buenas historias, historias que construyan y no que destruyan. Siempre muy enfático en ese tema, y esa fue mi herencia principal de su pontificado.

– ¿Hay momentos complejos al ser periodista del Vaticano?

En general es un momento complejo para todos los que comunican temas relacionados con la Iglesia, porque es necesario aprender a escuchar, a ver y darte cuenta de que, aunque sea muy importante mirar al Papa, todavía es más importante mirar hacia donde él mira, ampliar esa visión y no enredarte con cuestiones secundarias perdiendo de vista lo esencial.

¿Qué destacarías del Papa León XIV en estos primeros meses de pontificado?

Acaban de pasar los famosos primeros cien días en los que los medios de comunicación suelen detenerse para analizar lo realizado hasta el momento por parte de un líder que asume un nuevo encargo. En este tiempo ya son numerosos los indicios que León XIV nos ha mostrado sobre cuáles son las principales enseñanzas de su pontificado, y lo que destacaría es su marcado carácter Cristo céntrico, es decir, que nos invita a una relación

personal con Cristo. Es un personaje que conoce las heridas de los cristianos y es sensible a los dolores del mundo. Pero, además, nos demuestra la urgencia de la caridad y de la misión por medio de la santidad de los miembros de la Iglesia. Francisco nos enseñó la esperanza, León XIV nos enseña la caridad.


Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de septiembre de 2025 No. 1574

 


 

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