Por Miriam Apolinar 

El pasado 3 de septiembre, en la Casa Manu del Centro Histórico de la Ciudad de México, cámaras empresariales, universidades y comunidades religiosas unieron fuerzas para lanzar la iniciativa “Empresas por la Paz”, un esfuerzo inédito que busca transformar los centros de trabajo en espacios sin violencia, donde el diálogo y la resolución pacífica de conflictos sean parte de la vida cotidiana. 

El proyecto nace en un contexto doloroso: el asesinato, hace un año, de Julio César Almanza, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio en Matamoros, Tamaulipas, quien había denunciado públicamente la extorsión generalizada que enfrentan los comercios de la región. 

Aquel hecho estremeció al empresariado nacional y evidenció la urgencia de una respuesta organizada frente a la violencia que afecta a familias y comunidades enteras. A partir de esa herida, la CONCANACO SERVYTUR, la CANACINTRA, la Unión Social de Empresarios de México (USEM) y el Diálogo Nacional por la Paz, convocado por la Conferencia del Episcopado Mexicano quienes comenzaron a diseñar una estrategia que permitiera a las empresas, sin importar su tamaño, convertirse en agentes de reconciliación.

 El resultado es esta convocatoria abierta a más de dos millones de pequeños y medianos negocios en todo el país, distribuidos en mil 857 municipios, que recibirán un distintivo honorario si cumplen una lista de 21 acciones en favor de la paz. 

La paz también es un buen negocio 

Durante la presentación, Octavio de la Torre Stéffano, presidente de la CONCANACO SERVYTUR, subrayó que el compromiso con la paz no es solamente un ideal ético, sino también una estrategia inteligente de negocio: “Un entorno seguro y justo atrae clientes, reduce costos, retiene el talento y abre el crédito. La paz genera confianza, y la confianza genera crecimiento”. 

En un país donde la violencia cotidiana se traduce en pérdidas económicas, miedo e incertidumbre, esta propuesta plantea que las empresas pueden ser aliadas de la sociedad para reconstruir el tejido social desde lo cotidiano.

 Por ello, quienes se sumen a la iniciativa podrán colocar en sus establecimientos el distintivo “Empresas y Negocios Familiares que Promueven la Paz”, que tendrá vigencia de un año. Si en el proceso se incumplen las acciones comprometidas, el distintivo será retirado. 

La convocatoria estará abierta del 3 de septiembre al 20 de noviembre de 2025 a través de la plataforma oficial accionesporlapaz.net

No una certificación, sino un compromiso público 

A diferencia de otros esquemas de responsabilidad social empresarial, “Empresas por la Paz” no es una certificación, sino un reconocimiento honorario otorgado por comunidades religiosas, sociales y gremiales. De esta forma, se convierte en un símbolo público de unidad y compromiso con la construcción de un país más justo. 

El padre Jorge Atilano González Candia, S.J., director ejecutivo del Diálogo Nacional por la Paz, explicó la raíz espiritual de la propuesta: “La paz empieza en la familia, se consolida en el negocio y se multiplica en la comunidad. Partimos del reconocimiento de que la cultura empresarial influye directamente en el comportamiento de millones de mexicanos, y por ello, las empresas tienen el poder y la responsabilidad de generar entornos donde la seguridad, la legalidad, la ética y la transparencia se vivan todos los días”. 

El sacerdote jesuita destacó que este distintivo busca visibilizar prácticas concretas: protocolos para la resolución pacífica de conflictos, inclusión, apoyo a víctimas de violencia, prevención de adicciones, oportunidades de reinserción laboral, perspectiva de género y cuidado del medio ambiente. 

Las 21 acciones para transformar una empresa 

La iniciativa se fundamenta en la Agenda Nacional de Paz, que contempla siete Acciones Nacionales, orientadas al compromiso social de las unidades de negocio, y 14 Acciones Locales, centradas en fortalecer internamente a las empresas como espacios pacíficos, seguros e incluyentes. 

Estas acciones coinciden con los principios de sostenibilidad y derechos humanos promovidos en diversas agendas globales. Para tal fin, se ha creado una plataforma digital que permite a empresas micro, pequeñas, medianas y grandes obtener un reconocimiento por la implementación de prácticas empresariales que fortalecen entornos sociales y empresariales de convivencia pacífica y corresponsabilidad social. 

Entre ellas se incluyen: 

• Implementar protocolos para la resolución pacífica de conflictos. 

• Mantener una política salarial justa. 

• Fomentar el diálogo entre áreas de la empresa. 

• Promover la inclusión y la igualdad de género. 

• Reconocer al personal de intendencia y vigilancia como parte integral del equipo. 

• Apoyar a víctimas de violencia y participar en programas de reinserción social. 

• Colaborar con autoridades municipales para fortalecer la seguridad. 

• Prevenir adicciones y promover la salud mental. 

• Mantener una cultura de transparencia y legalidad. 

Las empresas que logren distinguirse por estas prácticas serán además incluidas en la publicación Buenas Prácticas de Construcción de Paz en Empresas y Negocios Familiares, que se presentará el 31 de enero de 2026, durante el Segundo Encuentro Nacional de Diálogos por la Paz en el ITESO de Guadalajara. 

La voz de la Iglesia Católica

En el acto de presentación, Mons. Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, subrayó que recuperar la paz en las empresas es también fomentarla en las familias: “Apostar por las personas y su desarrollo humano y espiritual, recuperar la dignidad de todos, garantizar entornos limpios y respetuosos, respetar la diversidad de creencias… todo esto forma parte del compromiso de las empresas que buscan la paz”.

 El obispo fue más allá al reflexionar sobre el valor del trabajo y su dimensión social: “Dignificar el trabajo es también dignificar a la persona por las horas que entrega. Con sueldos dignos tendremos impuestos redituables, bienes comunes tangibles y una sociedad más cohesionada. La paz se construye también desde la justicia laboral”. Estas palabras enlazan la visión empresarial con el magisterio social de la Iglesia, recordando que la economía está llamada a servir a la persona y no al revés. 

El arte de escuchar y mediar 

En su intervención, Mons. Acero también hizo un llamado al diálogo interreligioso como herramienta para superar la crisis de violencia que atraviesa México: “Hay que recuperar la amabilidad de escuchar a todos. La paz no significa simplemente dialogar; hay que mediar, mediar por el pueblo de Dios. Acallar los ecos de plomo solo es posible con justicia para todos, viéndonos como hermanos y no como adversarios ideológicos”. 

De esta manera, la iniciativa “Empresas por la Paz” se inserta en un marco más amplio de construcción de paz social, donde los centros laborales se convierten en laboratorios de reconciliación y esperanza. 

El papel del Diálogo Nacional por la Paz 

Este esfuerzo empresarial se suma a la agenda del Diálogo Nacional por la Paz, impulsado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), diversas congregaciones religiosas y organizaciones civiles. Desde su origen en 2023, el Diálogo Nacional ha promovido foros ciudadanos, mesas de justicia y seguridad, espacios de oración y encuentros comunitarios, con el objetivo de articular una Agenda Nacional de Paz que responda al clamor de las víctimas y a la fractura social provocada por la violencia. 

El distintivo empresarial es, por tanto, una extensión de esa agenda, que combina 7 acciones nacionales de compromiso social y 14 acciones locales enfocadas en el interior de las empresas.

Un signo que genera confianza 

La presentación oficial incluyó la proyección del cortometraje El Libro de Sami, que narra la historia de una joven mexicana afectada por la violencia intrafamiliar, el deterioro educativo y el crimen organizado. Con esta pieza audiovisual se buscó sensibilizar al sector privado sobre su enorme potencial para ser refugio de esperanza. Los organizadores insisten en que la paz no debe entenderse como una abstracción ideal, sino como un activo real para la economía y la sociedad.

El distintivo se convierte en una señal pública de confianza que puede atraer clientes, generar alianzas y fortalecer la cohesión comunitaria. 

Más allá de la rentabilidad 

No obstante, la apuesta va más allá de la rentabilidad. Se trata de un pacto ético y espiritual que reconoce la dignidad de cada trabajador, la centralidad de la familia y la necesidad de abrir espacios donde florezca la vida. La iniciativa interpela directamente a empresarios, pero también a empleados, clientes, proveedores y comunidades enteras, recordándoles que la paz se construye con gestos concretos: un salario justo, un trato digno, un diálogo sincero, una escucha activa. 

Una invitación abierta 

La convocatoria permanece abierta hasta el 20 de noviembre de 2025. A través de la plataforma digital cualquier empresa, desde un pequeño negocio familiar hasta una gran corporación, puede inscribirse y realizar la autoevaluación que permitirá obtener el distintivo. Con ello, México busca dar un paso firme hacia la reconciliación, demostrando que la paz no es solo un sueño religioso o una estrategia gubernamental, sino una tarea común en la que todos podemos participar. 

Reflexión final 

“Empresas por la Paz” representa un signo esperanzador en medio de un país herido por la violencia. Si bien no resolverá por sí solo la crisis de inseguridad, es un recordatorio poderoso de que la paz comienza en lo cotidiano: en la familia, en el negocio, en la comunidad. 

La Iglesia, los empresarios y la academia coinciden en que no se trata de un simple distintivo, sino de un compromiso público con la justicia, la inclusión y la dignidad humana. Como señaló el padre Atilano González Candia: “La paz se multiplica en la comunidad”. Y es precisamente ahí, en cada empresa, en cada familia, en cada corazón, donde comienza la transformación que México necesita.

Agenda nacional – 7 acciones

Acciones hacia afuera de la empresa

*Vinculación con otros para trabajar por la paz.

*Reconocimiento de las políticas municipales para fortalecer sus políticas con la comunidad.

*Promoción del sistema de Justicia Cívica en el municipio.

*Solidaridad con las víctimas de la violencia.

*Promoción de programas locales para la prevención y atención de las adicciones.

*Participación en mesas o consejos de seguridad.

*Participación en el sistema de reinserción social.

Agenda local – 14 acciones

Acciones al interior de la empresa

*Implementa protocolos para resolución pacífica de conflictos.

*Tiene una política salarial justa

*Fomenta el diálogo entre las áreas de la empresa.

*Sostiene su compromiso con el medio ambiente.

*Reconoce al personal de vigilancia e intendencia.

*Genera y sostiene un ambiente laboral sano.

*Usa el espacio público para construir un entorno seguro.

*Fomenta una cultura de inclusión.

*Fomenta la seguridad al interior de la empresa.

*Mantiene una cultura de transparencia y legalidad.

*Está comprometido con las familias de los trabajadores.

*Fomenta los valores del Código de ética.

*Previene y atiende las adicciones dentro y fuera de la empresa.

*Tiene perspectiva de género en la empresa.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 14 de septiembre de 2025 No. 1575

 


 

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