En Gaza, la fe resiste entre ruinas. El pasado 17 de julio, un nuevo atentado golpeó la Parroquia de la Sagrada Familia, el único templo católico que aún permanece en pie. Allí, más de 500 cristianos —niños, ancianos, mujeres y enfermos— viven refugiados desde hace meses, rodeados por el dolor y la incertidumbre.
En el corazón de esta comunidad está el P. Gabriel Romanelli, párroco que, a pesar de haber sido herido en el ataque, sigue sirviendo con una entrega admirable: distribuye los pocos alimentos que tienen, organiza cuidados médicos improvisados, consuela a quienes han perdido a sus seres queridos y mantiene viva la llama de la fe.
El Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, visitó recientemente a esta comunidad y describió su realidad desgarradora: sobreviven sin agua potable, con medicinas insuficientes y apenas una comida al día. Sin embargo, la esperanza sigue viva: “Cristo no está ausente de Gaza —nos recuerda el Cardenal—, Él está allí, crucificado en cada uno de ellos, y resucitará a través de nuestra caridad”.
En Ayuda a la Iglesia Necesitada queremos ser esa chispa de esperanza. Nuestro objetivo es enviar convoyes humanitarios con alimentos, medicinas y asistencia vital. Cada envío cuesta 234,577 dólares, y aunque es una meta grande, sabemos que juntos podemos lograrlo.
Tu ayuda puede convertirse en pan para un niño, en un medicamento que salve una vida o en un gesto de consuelo que les diga: “no están solos”.
Cada donativo, grande o pequeño, será un paso más para llevar alivio y esperanza a quienes hoy viven en medio del dolor. Y si no puedes colaborar económicamente, te pedimos algo igual de valioso: tu oración diaria por el P. Romanelli y por todos nuestros hermanos que sufren en medio de la guerra, y siguen siendo testigos del amor de Cristo.
Gracias por abrir tu corazón y ser parte de esta transformación. Juntos podemos ser la luz que disipa la oscuridad.
Con gratitud y en oración,
Julieta Appendine Morán
Directora ACN-México
P.D. Seamos manos que llevan consuelo y corazón que ama a distancia.