Oremos para que, inspirados por San Francisco, experimentemos nuestra interdependencia con todas las criaturas, amadas por Dios y dignas de amor y respeto.
León XIV
Señor, Tú amas todo lo que has creado,
y nada existe fuera del misterio de Tu ternura.
Cada criatura, por pequeña que sea,
es fruto de tu amor y tiene un lugar en este mundo.
Incluso la vida más breve o sencilla es rodeada por tu cariño.
Como San Francisco de Asís, hoy también queremos decir:
“¡Alabado seas, mi Señor!”
Porque a través de la belleza de la creación
te dejas ver como fuente bondadosa, Te pedimos:
abre nuestros ojos para reconocerte,
aprendiendo del misterio de tu cercanía a todo lo creado
que el mundo es infinitamente más que un problema que resolver.
Es un misterio que se contempla con gratitud y esperanza.
Ayúdanos a descubrir Tu presencia en todo lo creado,
para que, enteramente reconociéndola,
podamos sentirnos y sabernos responsables de esta casa común
donde nos invitas a cuidar, respetar y proteger
la vida en todas sus formas y posibilidades.
¡Alabado seas, Señor!
Amén.