Por Martha Morales
Para escuchar la voz de Dios tienes que bajar el volumen del mundo. Dios nos habla a través de nuestras facultades: memoria, entendimiento, voluntad. A través de una imagen o unas palabras. Recibimos una revelación y luego hay que discernir si es la voz de Dios.
Hay unos puntos que nos ayudan a discernir
Dios sigue enviando profetas y queremos ser uno de ellos. Juan propone probar el contenido de la revelación que hemos recibido: una palabra, una imagen, un pensamiento, un sentimiento. El fuego quema las impurezas y deja al oro puro (cfr. 1 Juan 4,1), pero el diablo intenta confundirnos.
Nuestros pensamientos y deseos pueden venir de Dios, pero no siempre, a veces pueden venir de los espíritus malignos.
- El discernimiento no es un proceso tajante, el discernimiento te puede decir: esto viene de Dios, esto viene del enemigo. Dios habla según su naturaleza. Si percibo a Dios como enojado, mi percepción será errónea. En el Antiguo Testamento Dios se revela como un tipo, en el Nuevo Testamento Dios se revela en Jesús, imagen perfecta de Dios, es la teología perfecta.
Moisés le dice a Dios: Muéstrame tu gloria. El Señor proclamó que es misericordioso, lento para la ira, paciente y abundante en bondad amorosa.
En el Nuevo Testamento dice Jesús: el Padre y yo somos uno. Jesús revela al Padre, Jesús le dio un rostro a Dios. Tenemos la responsabilidad de valorar las Escrituras. Eso impactará nuestra oración.
- Si nuestro pensamiento no está de acuerdo con Jesús, discernimos que eso no viene de Dios. Señor, ¿eres tú?El diablo no nos lleva a evangelizar. Jesús quiere que evangelicemos con amor, sin temor, no con mentalidad de obtener algo de Dios.
El diablo opera a través del engaño, porque es su naturaleza, mentir. Para discernir, todo se reduce a la Escritura y a lo que enseña la Iglesia.
- Necesidad de la consciencia y de honestidad. Cuando estés cansado no ores por respuestas, sólo descansa, recibe. Desde la paz el Señor me redirige.
- El poder clarificador del abandono. Cuando algo tiene más peso que Jesús, eso es un ídolo no podemos escuchar correctamente. Pero si entregas todo a Dios, podrás escuchar claramente la voz de Dios. Verifica tu estado de abandono.
Deléitate en el Señor y él concederá los deseos de tu corazón (Salmo 37, 4), entonces tus deseos se purifican. Todo esto florece en el abandono. Piensa en tu identidad como Templo de Dios. Hay un altar para el sacrificio. Toma tu deseo y ponlo en el altar. Dios recibe nuestra ofrenda y nos da su voluntad.
- Considera el contenido de una palabra y el efectoque tiene en ti (dominio propio, bondad, frutos del Espíritu). Si lo que escuchas es acusación, rebaja y condena, déjalo, es el enemigo.
¿De qué manera viene la Palabra? Si es desesperada no es de Dios porque “no hay temor en el amor” (1 Juan 18). Dios es amor, no temor. El enemigo quiere hacerse pasar por un ángel de luz. Si hay miedo no hay que sucumbir al temor. Dios no tiene interés en controlarte, él solo quiere hijos libres. El enemigo quiere esclavizarte y alejarte de Dios.
“Tus debilidades no son tu responsabilidad, son la responsabilidad de Dios”, si ya te arrepentiste. Si el enemigo te propone algo dile en voz alta: En el nombre de Jesús renuncio a esa palabra (2 Cor 10,5). La luz de Dios es capaz de purificar todo lo que has visto. Si escuchas la voz de Dios vas a llegar lejos con su apoyo.
Imagen de Erike Lin en Pixabay






