Por VC Noticias
El obispo de la Diócesis de Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, compartió un mensaje pastoral tras su regreso de Roma, donde participó en las celebraciones navideñas y de la Virgen de Guadalupe. La delegación diocesana incluyó a matachines, niñas cantoras del internado Yermo y Parres, un grupo de Polka y funcionarios del Gobierno del Estado.
El obispo definió la experiencia como una “peregrinación de esperanza” que llevó “la vida, la historia, el dolor y la alegría de la Tarahumara” al corazón de la Iglesia universal. Un momento central fue el cruce de la Puerta Santa en el Vaticano, acto que describió como “una experiencia de misericordia, reconciliación y renovación interior”.
Por primera vez en la historia, los fieles de la Sierra Tarahumara llegaron al Vaticano como invitados de honor, a través de la música rarámuri, su arte ancestral y un Nacimiento sin precedente a la Navidad Mexicana 2025, conquistando a Roma con la fuerza espiritual de sus raíces.
Durante la audiencia con el papa León XIV, el obispo presentó la realidad de los pueblos originarios y recibió una bendición para los solideos rarámuri que llevó consigo: “Pude presentarle personalmente a nuestra Diócesis, a nuestros pueblos originarios, sus luchas y sus anhelos”, relató.
Los medios de comunicación pontificios reconocieron que «Roma se llenó de canto infantil, de historia milenaria… México escribió un capítulo inolvidable… Chihuahua fue invitado de honor para presentar su identidad, y lo hizo llevando como estandarte la voz pura de las niñas rarámuri, la creatividad de sus artesanos y el talento de artistas que encarnan la esencia más profunda de la Sierra Tarahumara».
Otro hito fue la concelebración eucarística con el Santo Padre en la misa guadalupana. González Sandoval afirmó que en ese altar llevó “los nombres y los rostros de cada una de nuestras comunidades: los enfermos, los que sufren violencia, los que cuidan la tierra, los niños, los jóvenes, los ancianos”.
El obispo enumeró los frutos concretos de la peregrinación: Una Iglesia diocesana más unida, que conserva su identidad dentro de la Iglesia universal; un reconocimiento del valor de las raíces rarámuri, no como folclor, sino como “fe viva y digna”; un llamado a construir una Iglesia cercana, humilde, sinodal y misionera, con protagonismo de los pueblos originarios; y una esperanza fortalecida, al saber que “la Tarahumara es conocida, amada y acompañada en el corazón de la Iglesia”.
Compromiso en las comunidades locales
El mensaje subraya que la experiencia “no termina en Roma. Ahora comienza aquí, en nuestras comunidades”. El cruce de la Puerta Santa implica, según el obispo, “abrir también las puertas del corazón, de nuestras parroquias y de nuestras comunidades, para que nadie se sienta excluido”.
Concluyó con una invocación a la Virgen de Guadalupe para que “siga cubriendo con su manto” y que el Niño Dios renueve “la fe, la esperanza y la caridad” en la Navidad.
En la Plaza de San Pedro, la propuesta de México participó en la muestra internacional de los 100 Nacimientos del Vaticano para este 2025 se trata de una obra rarámuri creada por artesanos de la Sierra Tarahumara. La pieza, sobria y espiritual, creada por la arquitecta Brenda Nava, retrata la grandeza de las montañas chihuahuenses y la profundidad de un pueblo que entiende lo sagrado desde la humildad. La gobernadora de la entidad, Maru Campos lo describió como “un mensaje de luz para el mundo” y subrayó que la esperanza se multiplica cuando se comparte.
Además del coro y el Nacimiento, la diócesis Tarahumara participo en el espacio público del Vaticano con una muestra fotográfica en Vía de la Conciliación —icono del acceso a la Basílica de San Pedro— y una exposición cultural, gastronómica y pictórica en el Complejo del Santo Espíritu en Sassia, donde Chihuahua ofreció sabores, colores y relatos que conquistaron a los presentes.





