En el rezo del Ángelus de este domingo 1 de septiembre, el Papa Francisco ha hecho un llamado enérgico por la paz en Siria: «Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz». «Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz». «Nunca más la guerra».

«Quisiera hacerme intérprete del grito que sube de todas partes de la tierra, de todo pueblo, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad, con angustia creciente: ¡es el grito de la paz!», dijo enfático el Santo Padre al iniciar su alocución.

Además anunció que ha decidido convocar para toda la Iglesia el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, «una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero».

El Pontífice invitó a los hermanos cristianos no católicos así como a los pertenecientes a las demás religiones, a unirse a esta iniciativa según el modo que considerarán más oportuno. Y como él mismo explicó «el 7 de septiembre en la Plaza de San Pedro, desde las 19.00 y hasta las 24.00, nos reuniremos en oración, en espíritu de penitencia, para invocar de Dios este gran don por la amada nación siria»; ya que,  añadió el Papa, «la humanidad tienen necesidad de ver gestos de paz».

Francisco también condenó con  firmeza el uso de las armas químicas. Señaló que tiene aún en su mente y en su corazón imágenes terribles. Por eso añadió que está el juicio de Dios y de la historia por nuestras acciones, al que no se puede escapar. «Jamás el uso de la violencia lleva a la paz. ¡Guerra llama guerra, violencia llama violencia!»

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