REPORTAJE

Por Gilberto Hernández García /

Miles de mujeres están aprendiendo a leer y escribir en América Latina con la Biblia, en un proyecto regional sudamericano de las Sociedades Bíblicas Unidas (SBU). Pero, no se trata sólo de que aprendan a conocer los signos y sus significados, sino que descubran su valor como personas.

«La Palabra de Dios nos enseña que cada persona, sea hombre o mujer, tiene su valor y dignidad», dice, en conversación con El Observador, Pablo Gutiérrez, de la Sociedad Bíblica de Perú y coordinador regional del proyecto.

Las mujeres, el grupo mayor de analfabetas

«Leer para vivir tiene la misión de que las personas no sólo puedan acceder a tener una Biblia, sino que también sea leída y entendida. De allí el compromiso a realizar esfuerzos de alfabetización».

Pero, buscan atacar un problema mayor: la iniciativa parte de la realidad latinoamericana de que la mayoría de los analfabetos son mujeres. La pobreza y el machismo existente hace que la educación se priorice hacia los varones, asumiendo las mujeres roles de cuidado de la casa, viviendo en un contexto de violencia doméstica; por eso «el propósito de Leer para vivir no es sólo responder a la necesidad de enseñar a leer y a escribir sino también a prevenir la violencia al interior de las familias».

Las Sociedades Bíblicas nacionales de Chile, Ecuador, Bolivia, Panamá y Perú, son las que han puesto en marcha el proyecto. En Chile y Bolivia trabajan junto con la asociación metodista Alfalit, en Panamá con el gobierno, y en Ecuador y Perú con comunidades quechuas; en este último caso la labor de alfabetización se desarrolla a través de las iglesias, entre ellas la católica, quienes han asumido la alfabetización y la comprensión lectora como parte de su ministerio.

«En las zonas rurales el 95% de los miembros no tienen comprensión lectora. Sin embargo tienen el deseo de leer la Biblia y cantar los himnos, así es como se motivan a participar en las clases de alfabetización», dice el coordinador regional.

La Biblia, en el centro del proceso de aprendizaje

El principal objetivo es integral: ayudando a las personas a mejorar su calidad de vida, a través de aprender a leer y a escribir, no sólo pueden crecer espiritualmente en el conocimiento de la Biblia, también pueden desenvolverse mejor en las tareas cotidianas al hacer compras en el mercado o ayudar a sus hijos en sus tareas.

Pablo Gutiérrez explica cómo es el proceso: «Son varios niveles de logros, el primero es la alfabetización básica donde las personas pueden identificar las letras y silabas, posteriormente leen frases y oraciones y finalmente adquieren la capacidad de comprensión lectora. Para ello se ha desarrollado material de alfabetización en diferentes idiomas».

La clave está en el uso de la Biblia en los materiales de alfabetización, porque las personas ya están familiarizadas con las historias bíblicas. La experiencia está en el deseo de las personas en aprender a leer para poder estudiar la Biblia. Por otro lado, la Biblia tiene un rol importante como material de post alfabetización: «se han preparado guías que ayudan a mejorar las relaciones intrafamiliares como el buen trato, la valorización de la mujer, la participación de la niñez, cómo educar a los hijos, factores que unen a las familias, sanando heridas entre otros».

Todos somos el resultado de la educación que recibimos en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestras relaciones personales, cuando las personas entran en contacto con la Biblia sus hábitos son transformados.

«En los lugares donde se ha desarrollado Leer para vivir hay testimonios de vidas cambiadas, contribuyendo a ser mejores esposos y esposas, mejores padres e hijos y mejores ciudadanos en su comunidad», indica Pablo Gutiérrez.

«A través de Leer para vivir no sólo podemos responder a problemas sociales propios de nuestra realidad latinoamericana, también podemos ver como las personas aplican las enseñanzas de la Biblia de acuerdo a su realidad personal, familiar y comunitaria. Es un instrumento para construir una cultura de paz en un mundo cada vez más violento».

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