¿Una «Biblia» más? Como decía Luis Alonso Schökel en la primera edición de la «Biblia del Peregrino», hay que alegrarse de que esta nueva edición «no viene a llenar un vacío». Gracias al trabajo constante que se viene realizando tanto en el mundo católico como en las demás confesiones cristianas, la Palabra escrita de Dios está continuamente siendo actualizada, tanto en traducciones cada vez más fidedignas al hebreo y griego originales como en la elaboración de comentarios que conecten el texto con las necesidades y aspiraciones concretas del hombre y de la mujer de hoy, sean creyentes o no creyentes.

«La Biblia de Nuestro Pueblo o Biblia del Peregrino América Latina», es una traducción hermosa, ágil y fiel, de Luis Alonso Schökel, alabada por todos como una de las más bellas en castellano. Considerada hoy en día como la más bella traducción de los textos bíblicos. «La Biblia de Nuestro Pueblo» es la versión pastoral de la «Biblia del Peregrino».
Su edición está orientada a facilitar la lectura, la oración, la meditación y el actuar cristiano de cada día.

Al mismo tiempo que la traducción de los textos originales se ha acomodado al español latinoamericano, adoptando sus giros y modismos más peculiares, se ha prestado una particular atención al texto mismo, teniendo en cuenta los últimos avances en los estudios bíblicos exegéticos, afinando la traducción allí donde se ha visto necesario. Esta labor ha sido llevada a cabo por un equipo internacional de estudiosos de la Biblia.

La «Biblia de Nuestro Pueblo» contiene, además, otro elemento de novedad: son los comentarios que se añaden al texto. A diferencia de otros comentarios, dirigidos a un público especializado o que se detienen solamente en pasajes importantes del texto bíblico, nuestros comentarios se han hecho pensando en la mayoría de los creyentes y con la intención concreta de acercar a la comprensión del lector el sentido de cada libro en su totalidad, el contexto en que fueron escritos, el hilo narrativo y el mensaje que el autor quiere transmitir. Los comentarios son largos o cortos según lo requiera la dificultad de comprensión de la Palabra de Dios, que aunque viva y actual, fue escrita hace dos mil años.

Con todo, citando las mismas palabras de Alonso Schökel, «el momento mejor del comentario es cuando el lector lo deja en la parte inferior de la página para entenderse a solas con el texto. Es la hora de la verdad y de la vida».

 

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