La Iglesia en Chile ha celebrado el aniversario cuarenta de la creación del Comité Pro Paz, que dio inicio a la labor de defensa y promoción de los derechos humanos de parte de la Iglesia en la dictadura de Augusto Pinochet.
En 1973 el entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal Raúl Silva Henríquez, en una acción profética, constituyó en colaboración con la Iglesia Luterana, la comunidad Israelita y otras confesiones cristianas del país, el COPACHI, y este 4 de octubre con sus protagonistas se celebró su legado.
Al cabo de un par de años, el Comité Pro Paz se transformó en la Vicaría de la Solidaridad, con la cual la Iglesia siguió trabajando por los derechos humanos en el país sudamericano.
En la celebración por estas cuatro décadas de servicio, Enrique Palet, director de la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, reconoció la labor de cada uno de los colaboradores de esta causa y dijo que «cumplimos una misión que ninguno de nosotros se imaginó en esos momentos. Lo hicimos con una entrega incondicional y creo que estamos agradecidos por haber podido realizar este servicio, más allá de los costos que tuvieron, entre ellos el más alto de todos, la vida de nuestro querido José Manuel Parada».
Monseñor Manuel Camilo Vial, director del área social de la Conferencia Episcopal, recalcó en la oración que el comité y la vicaría fueron instancias donde se vivió el amor al prójimo y además, invitó a leer nuevamente invocando al Señor, la carta del Cardenal Silva Henríquez «Mi sueño de Chile».
Posteriormente, se exhibió un video en que se recordaba la labor realizada, a las personas que colaboraron y actividades culturales de promoción de los derechos humanos.
A nombre de la agrupación de detenidos desaparecidos, Viviana Díaz, agradeció el apoyo recibido y rememorando pasajes difíciles de nuestra historia, recordó la presencia de estas entidades, diciendo que «la vicaría parecía un oasis en medio del desierto de deshumanización en el que vivíamos». Y agregó que «pase lo que pase, el legado de la Iglesia Católica, a través del Cardenal y su Vicaría de la Solidaridad, es para nosotros fuente inagotable de riqueza humana e inolvidable apoyo».
Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, por su parte, agradeció el legado de tantas personas que hicieron posible esta obra, y expresó su gratitud a Dios «por la profecía caritativa y solidaria inscrita en el corazón de don Raúl y de sus colaboradores más cercanos, que dieron vida a estas iniciativas que- más allá de lo esperado- marcaron a fuego la pastoral de la Iglesia, salvando vidas, defendiendo a los caídos, acompañando a los encarcelados, solidarizando activamente con todo aquel que necesitara la mano tendida de Cristo Buen Samaritano».
Uno de los momentos más emotivos de la conmemoración fue el homenaje que se realizó a José Manuel Parada, uno de los sociólogos emblemáticos de la Vicaría y que fue degollado por carabineros el 29 de marzo de 1985.