A partir de esta edición estaremos publicando las memorables «Pinceladas» de don Justo López Melús, entrañable sacerdote Operario Diocesano que compartió por más de 10 años sus reflexiones con los lectores de El Observador, en la edición impresa.
Por Justo López Melús (qepd)
Un grande y poderoso patrón tenía un siervo pequeño y desmirriado, del que se burlaba continuamente. Lo utilizaba como bufón para reírse y humillarlo. Un día el siervo se atrevió a decirle:
– Gran Señor, he tenido un sueño y tengo algo que decirle.
– ¿Quién: tú a mí? Cuenta, que me ría un poco.
– He soñado que estábamos los dos juntos, juntos y desnudos ante nuestro patrono san Francisco.
– ¿Los dos juntos?
– Sí, juntos. Entonces san Francisco llamó a un ángel y le dijo: toma una copa de oro llena de miel, y cubre todo el cuerpo del patrón con la miel. Luego toma un recipiente lleno de excrementos y ensucia todo el cuerpo del siervo.
– Muy bien –dijo el patrón–. ¿Nada más?
– Sí, después san Francisco ordenó: Y ahora deben lamerse el uno al otro, lentamente y por mucho tiempo.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.