Por P. Justo López Melús
ALIVIO DE CAMINANTES
- El hombre light
El hombre light es el hombre descafeinado, sin sustancia, sin valores, sin convicciones, sin firmeza, sin brújula. Es el hombre superficial y frívolo, pragmatista, incapaz de mantener compromisos serios. Se alimenta de noticias, sigue la moda, vive la cultura Kleenex: usar y tirar. Tiene un gran vacío moral y no es feliz, aunque tenga materialmente todo. La famosa frase de San Agustín: «Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti», indica que no pueden satisfacer plenamente los bienes materiales.
- Desahogarse
Es bueno dejar a la gente que se desahogue. El agua estancada se pudre.
- El verdadero honor de la cristiandad
El verdadero honor de la cristiandad no son los reyes, ni los jerarcas, ni los templos dorados, sino los santos. El día de mañana no contarán los hombres importantes de la Iglesia. Habrá caído el oropel, y sólo quedará el oro puro de los santos.
- El «sí» de la aceptación y el «sí» de la ejecución
Hay que distinguir entre el sí de la aceptación y el sí de la ejecución. Decir sí en momentos de emoción, cuesta poco. Pero la vida cristiana no es una simple decisión que se toma de una vez por todas, sino una perseverancia.
- Los pequeños detalles
El amor se manifiesta sobre todo en los pequeños detalles. Y es que, cuando hay amor, hay detalles, y cuando no hay detalles es que no hay amor.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 9 de abril de 2023 No. 1448