La Santa Sede manifestó su preocupación ante la proliferación de las armas nucleares y destacó que no se conseguirá avance alguno mientras que los Estados poseedores de armas nucleares continúen sin abandonar dichas armas. Esta postura la asumió el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, quien participó en el encuentro de alto nivel sobre el desarme nuclear, celebrado en Nueva York el pasado 26 de septiembre por la Asamblea general de las Naciones Unidas.
El representante vaticano dijo que «en base a los términos del Tratado de no proliferación -observó- se impone a los Estados que se esfuercen “de buena fe” para negociar la eliminación del arsenal nuclear. ¿Se puede hablar de “buena fe” cuando los Estados que poseen armas nucleares prosiguen modernizándolas a pesar de sus declaraciones sobre un futuro desarme nuclear?».
Mamberti también expresó que «es imprescindible que afrontemos de forma sistemática y coherente los requisitos legales, políticos y técnicos para conseguir un mundo libre de armas nucleares», asimismo pidió «comenzar lo antes posible los trabajos preparatorios para una convención o un acuerdo para la eliminación de las armas nucleares de forma gradual y verificable».
El representante del Vaticano ante la ONU finalizó su intervención reiterando que «es hora de contrarrestar la lógica del miedo con la ética de la responsabilidad, fomentando un clima de confianza y diálogo sincero, capaz de promover una cultura de paz, basada en el imperio del derecho y del bien común, a través de la cooperación coherente y la responsabilidad de todos los miembros de la comunidad internacional».