Continúan los trabajos  en la Peregrinación y Encuentro Continental “Nuestra Señora de Guadalupe, estrella de la nueva evangelización en el continente americano” en su tercera jornada. Este día ha destacado el Panel “Cultura y sociedad en el continente Americano: misión y contribución de la Iglesia”, donde han participado los Cardenales Sean Patrick, O’Malley, Arzobispo de Boston; Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa y Francisco Robles Ortega, de Guadalajara.

La realidad como reto y oportunidad

El Cardenal O’Malley abordó los retos y oportunidades que presenta a la Iglesia el contexto actual; y tocó temas como el catolicismo cultural o heredado, el alejamiento de los jóvenes de toda experiencia religiosa, la necesidad de un nuevo ecumenismo, la situación del matrimonio y familia en un contexto de cambio, las migraciones y la riqueza y los retos que entraña ese “acontecimiento histórico”  que es la migración, particularmente la hispana, que ha “configurado el rostro” del catolicismo en Estados Unidos. Especial atención prestó el Arzobispo de Boston al tema de la pederastia clerical en el país del Norte y las acciones que ha asumido la Iglesia para evitar en lo futuro que se sigan cometiendo semejantes crímenes al interior de la Iglesia.

Cultura común latinoamericana

Por su parte el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, se preguntó si podemos hablar de una “cultura común latinoamericana” y el papel que la Iglesia católica ha jugado y juega en esta configuración del alma del subcontinente. Después de apuntar que no se puede hablar de una sola América, brindó algunos elementos unificadores de la región.

Presentó a la fe cristiana, fundamentalmente católica, y la lengua castellana y portuguesa, como elementos que forjan el imaginario colectivo espiritual de Latinoamérica. A esos elementos sumó la realidad de pobreza y desigualdad,  dependencia económica de las potencias mundiales y la explotación de los recursos naturales, como “rasgos comunes y vergonzantes” a la región.

El también presidente de Cáritas Internationalis y coordinador del Consejo de Cardenales que asesoran al Papa en la Reforma de la Iglesia, aseguró que es “urgente atender las circunstancias actuales” de nuestra América, vistas como oportunidades y con audacia y creatividad, para ser fieles al hombre latinoamericano.

Abundó que el reto mayor para la Iglesia es la “inculturación del evangelio”, de la cual Santa María de Guadalupe, inscrita en el proyecto de Dios para estas tierras, es modelo y constante predicación de esta necesidad. Señaló tareas acuciantes: tener en cuenta los signos de los tiempos, promover la cultura de la vida, atender la mística de los pueblos latinoamericanos, renovar las comunidades de base como modelo de Iglesia propiamente latinoamericana, hacer efectiva la opción preferencial por los jóvenes y favorecer una auténtica Iglesia liberadora.

Recomenzar desde Cristo

El Cardenal Francisco Robles Ortega, reflexionó con los congresistas acerca de la transmisión de la fe en el contexto actual, en este “cambio epocal”, que se caracteriza por una falta de sentido en los seres humanos, no de “sentidos parciales” sino de aquel que da pleno rumbo y unidad a la existencia entera de cada uno y de la sociedad: el que nace de la experiencia de encuentro con Dios.

El Arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), abundó sobre el tema diciendo que no tenemos ya aquella “transmisión espontánea de la fe” que nuestros mayores vivieron. Señaló que la situación actual es “difícil del leer”; y añadió que entrar en diálogo con las nuevas generaciones, los jóvenes y adolescentes por ejemplo, es más que “un simple ponerse a la moda”.

Otro rasgo que hizo presente en su ponencia fue el de “la religión que explora”, es decir, el hombre y mujer modernos que exploran las distintas alternativas religiosas como si de un supermercado se tratara. Señaló que ha habido una reducción de lo religioso a lo estético, en el sentido de buscar sólo aquello que haga “sentir bonito” , con un “arsenal de medios emotivos”, pero que huye del compromiso.

Robles Ortega aseveró que el mayor desafío es anunciar la Buena Nueva de siempre de tal manera que el hombre actual la sienta cercana, creativa y atractiva. El reto es “recomenzar desde Jesucristo”, concluyó.

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