Con motivo del Día Mundial de lucha contra el Sida, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y Presidente de Caritas Internationalis, se refirió a la labor que la Iglesia católica ha emprendido para hacer frente de manera integral a esta situación de carácter planetario. Señaló particularmente que «Caritas Internationalis no espera la conmemoración anual del Día mundial del sida para cumplir su mandato de servicio a aquellos y por aquellos que viven con o están afectados por la epidemia del VIH y el Sida».

En un comunicado, el Cardenal Rodríguez Maradiaga hizo notar que desde hace cerca de 25 años, apenas 5 después de declarado el primer caso de Sida, la Iglesia, a través de Cáritas, ha manifestado “la ternura y la cercanía” con los enfermos de este mal. «Mediante nuestras acción directa en unos 116 países del mundo, hemos dado testimonio del amor de la Iglesia para estas personas que han de vivir con esa carga que es la amenaza del virus. El VIH causa incerteza e inseguridad, tanto por el propio futuro, como por la respectiva familia y puede provocar serias enfermedades e incluso la muerte».

El presidente de Cáritas indicó que en los últimos años y «en este particular día», la comunidad internacional ha sido animada a reflexionar sobre el tema: “Llegar a cero: cero nuevas infecciones por el VIH. Cero discriminaciones. Cero muertes relacionadas con el sida” en ocasión del Día mundial del sida. El objetivo de Cero nuevas infecciones del VIH puede alcanzarse a través de las relaciones interpersonales y la conducta individual, incluyendo la limitación de la actividad sexual a un matrimonio permanente y fiel, entre un hombre y una mujer, y evitando el uso de todas las drogas inyectables que no hayan sido recetadas y supervisadas por profesionales de atención a la salud.

El Cardenal hondureño dijo que la meta “Cero muertes relacionadas con el sida” se puede alcanzar con un diagnóstico temprano y el tratamiento de la infección del VIH, por lo que Caritas ha realizado acciones de incidencia, a través de la campaña “HAART for Children” . En los últimos años, se han hecho muchos progresos, gracias a la solidaridad internacional, para ampliar ese tratamiento a unos 10 millones de personas que viven en países de ingresos bajos y medios. Sin embargo, eso no es suficiente – otros 18 millones de personas necesitan ese tipo de medicamento salva-vida.

Monseñor Óscar Andrés denunció que en la última reunión de la Catholic HIV and AIDS Network, en la que Caritas sirve como Secretariado, los miembros indicaron algunas evoluciones inquietantes; algunos donantes internacionales han empezado a reducir los propios donativos a esos programas, citando nuevas prioridades, la “fatiga de los donantes”, la necesidad de que los gobiernos nacionales, de los países más afectados, asuman mayor responsabilidad y la crisis económica mundial. «No nos olvidemos nunca de que, en el mundo de hoy, los miembros de la familia humana están cada vez más cercanos, son interdependientes, necesitados de encontrarse y de crear ámbitos reales de auténtica fraternidad», subrayó el prelado.

El Cardenal Rodríguez Maradiaga lamentó el hecho de que las personas que viven con o están afectadas por el VIH siguen haciendo frente a la discriminación, el estigma e incluso la violencia. «Caritas trabaja para aceptar y acompañar a todas las personas que viven con el VIH».

Terminó su comunicado pidiendo la intercesión de San Martín de Porres, santo patrón de Cáritas, «que pasó su vida al servicio de los más olvidados y marginados de América Latina», para que refuerce nuestras iniciativas por la promoción de un mundo sin nuevas infecciones del VIH, sin muertes relacionadas con esta enfermedad y sin discriminaciones, porque “no existe una vida humana más sagrada que otra, como no existe una vida humana cualitativamente más significativa que otra”.

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