La Reconciliación es «auténtico tesoro, que en ocasiones corremos el peligro de olvidar, ya sea por pereza o por vergüenza, pero sobre todo por haber perdido el sentido del pecado, que en el fondo es la pérdida del sentido de Dios», dijo el Papa Francisco este día en la Plaza de San Pedro, durante la tradicional catequesis de la Audiencia General que estuvo centrada en el sacramento de la Confesión.

El Santo Padre Francisco subrayó que el perdón de los pecados no es fruto de nuestro esfuerzo personal, sino don del Espíritu Santo que nos purifica con la misericordia y la gracia del Padre.

El Papa insistió en que «en la comunidad cristiana es donde se hace presente el Espíritu Santo, que renueva los corazones en el amor de Dios y une a todos los hermanos en un solo corazón, en Jesucristo».

Francisco recordó que «La Confesión, que se realiza de forma personal y privada, no debe hacernos olvidar su carácter eclesial», ya que «no basta pedir perdón al Señor interiormente; es necesario confesar con humildad los propios pecados ante el sacerdote, que representa a Dios y a la Iglesia».

El Santo Padre invitó a todos a acercarse al sacramento de la Penitencia y recibir así el abrazo de la infinita misericordia del Padre, «que está siempre dispuesto a acogernos».

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