La catequesis del Papa Francisco, en la audiencia general de este miércoles, ha versado sobre el sacramento de la Eucaristía, «corazón de la iniciación cristiana y fuente de la vida de la Iglesia».
En Plaza de San Pedro, en una mañana con lluvia, el Papa dijo a los miles de fieles peregrinos que «lo que vemos cuando nos reunimos para celebrar la Misa, nos ayuda a introducirnos en el Misterio». Y a continuación desglosó algunos de los signos:
«En el centro encontramos el altar, una mesa preparada, que nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa, hay una cruz, para indicarnos que en ese altar se ofrece el sacrificio de Cristo: Él es el alimento que recibimos bajo las especies del pan y del vino. Y junto a la mesa, está el ambón, desde donde se proclama la Palabra de Dios, mediante la que el Señor nos habla. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, realiza el memorial de la Pascua del Señor, en el que Cristo se hace misteriosamente presente y nosotros podemos participar, “comulgar”, en su pasión, muerte y resurrección».
Francisco expresó que «la Eucaristía nos configura de modo único y profundo con Jesús, renovando nuestro corazón, nuestra existencia y nuestra relación con Él y con los hermanos, y nos hace pregustar la comunión con el Padre en el banquete del Reino de los cielos». Y pidió que «la celebración de la Eucaristía mantenga siempre viva a la Iglesia, y haga que nuestras comunidades se distingan por la caridad y la comunión».