Por Gilberto Hernández García |

El Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad Pontificia realizó sus XI Jornadas de Ciencias Religiosas, del 10 al 12 de marzo, bajo el lema «¿Cómo evangelizar hoy desde las periferias existenciales?», con el fin de reflexionar sobre los desafíos que la cultura contemporánea demanda a la tarea evangelizadora de la Iglesia.

Las jornadas se desarrollaron en dos ejes temáticos: la ubicación del cambio de época en que vivimos desde la perspectiva de la teología y las ciencias humanas; y las periferias existenciales como espacios a los que somos enviados a evangelizar con urgencia.

Un olvido imperdonable

El padre Roberto Jaramillo Escutia, decano de la facultad de Teología, señaló en la inauguración que «la Iglesia no ha salido a buscar en estos últimos tiempos, como lo hicieron al principio Jesús y sus apóstoles, y a su imitación una pléyade de santos varones»; e indicó que éste es un «olvido imperdonable» puesto que el cristianismo nació en las periferias «y desde ahí los parias de la sociedad grecolatina, pobres y esclavos, comenzaron a vivir una vida distinta».

El sacerdote exhortó a mirar el testimonio de los primeros cristianos, que incluso los llevó al martirio, para revitalizar la misión evangelizadora de la Iglesia con modos nuevos, con «un nuevo fuego existencial», que implica la alegría de ser cristiano, la cercanía «con la carne de Cristo»,  como invita el Papa.

La evangelización debe ser nueva o no es tal

En tanto, el pastoralista Francisco Merlos reflexionó sobre el «Ministerio de la Nueva Evangelización a la luz de la Evangelli Gaudium» como proyecto de pastoral evangelizadora, según el Papa Francisco. Señaló que este documento ha significado un acontecimiento relevante que «ha llenado de esperanza a mucha gente y ha puesto en crisis a más de uno».

El padre Merlos expresó que el Papa Francisco, en la Evangelli Gaudium no usa el término «Nueva Evangelización», en cambio la expresa como una «nueva etapa de la evangelización». Subrayó un elemento de novedad consustancial e irrenunciable, inherente a la evangelización: «debe ser nueva o no es tal». Así, la «nueva evangelización» no es un eslogan publicitario para «mover a las fuerzas vivas de la Iglesia», ni «una operación de rescate, casi como una moderna cruzada para regresar a épocas de cristiandad y recuperar lo que se escapa al control de la Iglesia». En suma, señaló que no es una simple reevangelización como si la primera no hubiera servido: «no es echar vino nuevo en vasijas viejas».

Recuperar la vida discipular y misionera

Por su parte, el obispo Eugenio Lira, auxiliar de Puebla Secretario General de la CEM, abordó el tema: «La Misión Continental en México, como salida a las periferias existenciales», donde hizo alusión al encuentro que el Papa sostuvo con los responsables del CELAM en Río de Janeiro el año pasado, donde Francisco recordó el sentido de la Misión Continental, propuesta en Aparecida: «la renovación de las Iglesias particulares ante el cambio de época, para recuperar la vida discipular y misionera con la que Cristo fundó la Iglesia».

El rostro amoroso de Dios en las periferias

En el último día de las Jornadas de Ciencias Religiosas se contó con la participación de algunas mujeres que vienen haciendo un trabajo de evangelización en «periferias existenciales» muy concretas: la paz, la migración y las mujeres en situación de prostitución. Allí se destacó que es importante hacer y ser «presencia de Dios» que es amor. Los trabajos que desarrolla el Proyecto Magdala para migrantes en tránsito, en Apaxco, Estado de México o el de Casa Madre Antonia, en el barrio de La Merced de la Ciudad de México, se mostraron como respuestas a necesidades concretas y urgentes que demandan la atención de los cristianos.

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