Tengo hijos adolescentes y este espacio de formación cristiana es de mucha ayuda como apoyo en la orientación y educación sexual.
Los novios deberían saber que si aman a su novia, no pueden considerar esta petición de «Prueba de Amor» como una necesidad de demostrar amor, porque evidentemente no lo es, más bien es una manipulación y falta de respeto, ¡falta de verdadero amor!
Las novias deberían exigir el respeto, o bien pedirle también una prueba de amor: «Demuéstrame que me amas absteniéndote de pedirme una prueba de amor»
¿O acaso cuando sean papás les dirán a sus hijas, «Pide la prueba de amor»?, ¡Claro que no!
«Amar es dar», no pedir pruebas, ni muchos menos ¡exigir!
Considero que sería bueno, de ser posible, que la autora escriba algo para quienes se encuentran como novios y experimentando relaciones sexuales.
Tiene razón, pedir esa prueba de amor es no amar. Quien ama no pide pruebas. Y aceptar tener relaciones sexuales para dar esa supuesta prueba de amor es denigrarse a sí mismo/a. Si la persona que amo no me cree, ¿qué sentido tiene esa relación? Puedo pasar toda la vida dando pruebas de amor de diferentes tipos y nunca será suficiente. El punto de partida es erróneo: alguien, generalmente el hombre, se pone en una posición de superioridad: “tú tienes que probar que me amas”; y otro, generalmente la mujer, trata de complacerlo con la idea errónea de que si prueba su amor será amada. Cosa que no ocurre, porque no es posible que un hombre y una mujer se amen verdaderamente si no se respetan uno al otro y si no se respetan a sí mismos.
Pero hay otros argumentos muy utilizados para convencer al otro de tener relaciones sexuales: nos amamos, somos adultos, tenemos derecho a disfrutar de nuestra sexualidad, no va a pasar nada, nos vamos a cuidar… Y claro, esto respaldado por los miles de mensajes del medio ambiente: canciones, series de tv, películas, internet, libros de texto, comentarios de los amigos y muchos más, facilita que los novios terminen teniendo relaciones sexuales.
Me pide que hable a los novios que ya están teniendo relaciones sexuales.
Para empezar, y aunque se sigan llamando a sí mismos novios, ya no lo son. Dejaron atrás la pureza, la libertad y la espontaneidad del noviazgo. Ahora son amantes, y esa es una situación mucho más complicada. Ya no se van conociendo uno al otro en forma íntegra y gradual, sino que al privilegiar el aspecto sexual lo demás queda distorsionado. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el lenguaje de sus cuerpos dice: me entrego a ti, me entrego totalmente; pero con sus vidas están contradiciendo esta entrega, porque no están unidos para toda la vida compartiendo todo lo que tienen y lo que son.
Lo más grave, sin embargo, y de eso hablamos poco, es que las relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio son un pecado grave que aleja a los novios de Dios, de la gracia y de la felicidad. Se repite el pecado de Adán y Eva: Dios dice: no fornicarás, pero la astuta serpiente disfrazada de ideas actuales replica: Dios se equivoca, no es pecado, tienes derecho a disfrutar de la sexualidad aunque no estés casado.
Novios: si ya están teniendo relaciones sexuales pero quieren enmendar esta situación, ¡felicidades! Claro que se puede. Acudan al sacramento de la reconciliación, fortalézcanse con la comunión y la oración. Busquen a un sacerdote que los guíe. Únanse a un grupo de jóvenes católicos para que se animen unos a otros. Aléjense de la tentación: es más difícil, porque ya recorrieron el camino y las tentaciones serán más grandes, pero con la gracia de Dios pueden lograrlo.
Volver a la castidad en el noviazgo tiene grandes frutos. Los novios desarrollan el dominio de sí mismos, crecen en la templanza, se respetan más uno al otro, se conocen más profundamente en el plano espiritual. En el plano emocional, se sienten más seguros, están más alegres. Y pensando en el futuro, de acuerdo a las estadísticas, su matrimonio tiene muchas posibilidades de éxito. Vale la pena el esfuerzo.
Por Yusi Cervantes
La psicóloga Yusi Cervantes Leyzaola responderá por este medio las preguntas que le envíen al correo electrónico: yusicervantes@hotmail.com